martes, 2 de enero de 2018

LA LECHUZA Y EL CUERVO, por "Nazanin Amirian"

       Comienza cada día con un buen pensamiento.

         Siempre que en mi día a día soy consciente de cuánto me ha sido dado, las innumerables obviedades se convierten en una fuente de felicidad.


      La agresividad es un mal aliado del hombre.
       -Es cierto, Majestad, contestó el viejo hombre. No tener agallas para aceptar la verdad sobre sí mismo es tan malo como la agresividad. Uno puede poseer grandes ojos pero no ver la realidad. La mentira suena bien y por tanto recibe recompensa. Mientras que la verdad normalmente por ser dura, desacredita a quien la dice.
      -Y, ¿qué dice esa fábula?, preguntó el joven rey.
     El viejo sabio le hizo la reverencia y empezó a narrar su historia.

      Los pájaros se habían reunido para elegir a su líder, no faltaba ninguno: la paloma, el halcón, la lechuza, el pavo, la garza, el ganso, el cuclillo, el gorrión, el ruiseñor y otros. Pero sí había un gran ausente: el cuervo.
      Después de una deliberación muy cuidadosa, eligieron a la lechuza como su guía, justo cuando estaban preparando su coronación, el cuervo apareció y se posó en la copa de un árbol.
      ¡Ya esta aquí nuestro amigo! Vamos a escuchar al sabio cuervo a ver lo que opina él, dijeron los pájaros.
      ¿Cómo valoras nuestra elección?, le preguntaron cuando bajó del árbol y se sentó entre sus compañeros.
      Me habéis hecho una pregunta con franqueza y yo os debo contestar con la misma sinceridad, contestó el cuervo. La lechuza no es apta para esta función. El líder, en lo que refiere a virtudes y sabiduría, debe ser el mejor de cualquiera de nosotros. Además, ella no tiene control sobre su ira, es poco generosa y carece del don del perdón. Pero eso no es todo. La lechuza es incapaz de adaptarse a nuevas situaciones, es orgullosa y nada inteligente. El guía siempre debe abrir el camino para los demás, mientras que la lechuza es ciega durante el día, y sólo sale de su nido cuando la oscuridad domina el cielo; por todo ello, no puede ejercer la importante función de guiar a los demás.
      ¡Tiene razón, tiene razón!, dijeron algunos pájaros.
      -Es posible que lo que dices sea cierto, pero vamos a escuchar la opinión de la lechuza, dijeron otros. ¿Cúal es tu respuesta, lechuza?
      La lechuza miró con sus brillantes ojos a todos y cada uno de los pájaros sin decir nada. Simplemente, pestañeó ligeramente y se marchó furiosa. Por la noche, en la oscuridad, ella y sus compañeras lechuzas atacaron a los cuervos, matando un gran número de ellos. De allí viene la eterna lucha entre los cuervos y las lechuzas.

      Cuando el viejo sabio terminó su relato, el joven rey se quedó pensativo y luego dijo:
        Esta historia demuestra por qué mucha gente prefiere cerrar sus ojos y no conocer la verdad.
     -Así es, Majestad, contestó el anciano. Pero a veces hay que cerrar los ojos para ver algunas cosas. Es lo que hizo el marido en la fábula de la esposa infiel.
      Y, ¿que hizo?, preguntó el joven rey.
     El viejo sabio le hizo la reverencia y empezó a narrar su historia.

                                                      ******

      Muy buenos y feliz día tengáis, qué disfrutéis de los buenos momentos que el universo nos regala, muchas gracias por estar ahí y un abrazo.

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