Una fábula aleccionadora. Eso demuestra bien lo que es el resultado de la falsedad y la sutileza.
- Siempre es así, Majestad, respondió el anciano. Y normalmente va acompañado de un castigo ejemplar. La mujer que quiso dejar ciego a su marido perdió todo lo que tenía. Un similar destino tuvo el conejo que fue atacado por un lobo.
¿Qué le paso al conejo?, preguntó el joven rey.
El viejo sabio le hizo la reverencia y empezó a narrar su historia.
Un hambriento lobo sorprendió a un conejo que estaba durmiendo en su agujero. Justo cuando quiso saltar sobre el conejo, éste se despertó. El lobo le enseño sus colmillos y murmuró:
No te vas a escapar de mí.
Los dientes del conejo sonaron de miedo:
-Ni siquiera se me pasó por la cabeza -contestó temblando- Pero me temo que no podrás satisfacerte con mi carne, puesto que soy muy flaco y huesudo. Mi vecino, el zorro, podrá ser un manjar muy apetitoso para tu paladar. Es muy gordo. Si tú quieres podré traértelo.
El lobo fue seducido por la propuesta del conejo.
De acuerdo, ¿por qué no? De todas formas, no podrás escapar. Y se dejó guiar por el conejo en dirección del agujero donde vivía el zorro.
Unos metros más adelante, el conejo se detuvo y dijo:
-Espera aquí un momento. Volveré enseguida. Y saltó dentro del agujero. En el interior le dijo al zorro:
Querido vecino, ¡No sabes las últimas noticias! Un piadoso ermitaño egipcio está en nuestro barrio, y ha oído acerca de tu vida altamente moral y quiere hacerte una visita.
¡Realmente debe ser muy piadoso para venir a escuchar a un zorro! Un invitado siempre será bienvenido a mi humilde refugio. Me alegrará recibir al ermitaño en mi modesta casa, pero me temo que no está muy limpia. Si eres tan amable dile que yo le recibiré en cuanto ordene mi casa, contestó el zorro, fascinado por el comentario del conejo.
El conejo salió de allí para dar las buenas noticias al lobo. En esos momentos, el zorro se puso a cavar un pozo muy profundo, lo tapó con hierbas y frotó el suelo con la grasa seca. Luego, se puso en la puerta y con mucha educación dijo:
Por favor, entra venerable ermitaño.
El lobo entró en la madriguera y el conejo le siguió. Nada más entrar se deslizaron y cayeron en el fondo del pozo. El lobo gritó con furia:
-Esto te costará la vida, y antes de que el conejo pudiese reaccionar, lo hizo pedazos.
Cuando el viejo sabio terminó su relato, el joven rey se quedó pensativo y luego dijo:
Los sabios no se dejan seducir por bellos discursos ni por la adulación. Es un relato para los cobardes. ¿No tienes alguna fábula para los valientes?
Desde luego que sí, Majestad, contestó el anciano. Es la fábula del cuervo y su revancha.
Pues, cuéntamela, dijo el joven rey.
El viejo sabio le hizo la reverencia y empezó a narrar su historia.
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Una luz para el día a día de nuestro caminar en esta vida. Disfrutad de los buenos momentos que el universo nos regala, gracias siempre por estar ahí y un abrazo. Nos vemos pronto!
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