viernes, 18 de agosto de 2017

AUTOLIBERACIÓN INTERIOR. por "Anthony de Mello".

                    EL AMOR NO CASTIGA

      ¿Castigar o no castigar? El amor no castiga nunca. El " respeto" no es más que miedo y, de la misma forma, el castigo no es más que venganza. El acto de reflexión (que puede ser incluso violento) no es castigo, sino un acto de amor, porque lleva en él la curación como fin.

      El castigo como venganza es un acto de odio, que engendra más odio. Cuando el niño no respeta tu libertad o la de los demás, puedes pegarle una palmada en ese momento, para que asocie de dónde viene el golpe; no hay dificultad, porque él aprenderá y comprenderá sin dejarle más residuos. El acto comenzó y termino con un resultado lógico, como ocurre en la vida.

      Cuando le hechas un sermón que no entiende y percibe tu disgusto y tu rechazo, que sí entiende, y comienza a sentirse culpable de algo que es la moral, el "deber" y las "normas" que él no entiende pero que necesita cumplir para tenerte contento, entonces sí le estás haciendo mucho daño. Y si percibe en ti el resentimiento de la venganza, estarás fomentando en él un violento, vengador y resentido, no lo dudes.

      Si se sube a un árbol y se cae haciéndose daño, aprenderá a ir con más cuidado otra vez y no tendrá sentido de culpabilidad. De la misma manera, el cachete que le puedes dar inmediatamente lo asociará a lo que acaba de hacer, pero ahí no entra la moral ni la culpabilidad, sino la realidad, pero hazlo siempre sin estar molesto, para que no haya rastro de recriminación ni de acusación, conscientes de que eso es amor. Lo que no te privará de consolarlo si llora, como harías si se cae del árbol. Esto es lo que lo diferencia.

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      Muy buenos días, os deseo que paséis un muy buen día, qué disfrutéis de los buenos momentos que el universo nos regala y un abrazo, gracias siempre por estar ahí.

     

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