viernes, 4 de marzo de 2016

CALZÓN AZUL. "Autora, Katharine Briggs.

Calzón Azul era un diablillo inofensivo que hacía travesuras en la casa de un zapatero de las Colinas de Blackdown, en Somerset. El hijo del remendón, que era su amigo, una vez lo había visto bajo su forma autentica, un anciano con holgados bombachos azules.
El zapatero y su familia se tomaban a bien todas sus bromas. Cuando se oían fuertes pisadas que descendían por las escaleras y una nube de humo azul flotaba en la habitación, el zapatero remendón decía: "no os preocupéis, Calzón Azul nunca hace daño". Y continuaba alardeando orgulloso, explicando como Calzón  Azul, en forma de cerdito negro, había atravesado la habitación a toda carrera y había saltado metiéndose en la laguna de los patos sin siquiera salpicar. O esa vez en la que Calzón Azul había hecho que la casa pareciera envuelta en llamas, para que cuando él regresara del mercado creyese que se estaba incendiando, Pero el zapatero se equivocó de audiencia al contar estas historias. Un cofrade de la iglesia que pudo escucharlas pensó que Calzón Azul era el mismo diablo y reunió a un par de párrocos para exorcizarlo. Llegaron y se encontraron con un viejo caballo blanco pastando a orillas de la laguna:
-Quién es aquel caballo?- preguntó uno de los párrocos al niño.
-El viejo Calzón Azul, señor- respondió el pequeño.
-Puedes ponerle bridas?- volvió a preguntar el párroco.
El niño, orgulloso de poder mostrar lo buen amigo que era de Calzón Azul, le pasó las bridas por la cabeza. En este instante ambos párrocos exclamaron al unísono:
-Abandona este cuerpo, maldito!
El viejo Calzón Azul se sumergió en la laguna y nunca más volvió a salir, o por lo menos, no de forma tan simpática.
FIN.

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