Una sola clase de persona será de gran utilidad para nosotros en el futuro cercano: Los que saben quiénes son. ¿Lo sabes tú? Se me permite avanzar con suma lentitud hacia el interior de tu mente; allí veo tanto la luz como la oscuridad. Los que saben quiénes son tienen más luz. Es su claridad y nuestra esperanza. En la conciencia está la salvación del mundo, y sin embargo no se nos permite cambiar vuestra conciencia.
Hasta ahora.
Dios no siente pena, pero puede sentir vuestra pena. Y entonces su amor lo lleva a producir cambios.
No está dispuesto a cambiar toda su creación para salvaros. Ha decidido no forzaros, porque una de las cosas que más le gusta de vosotros es el libre alberdrío. Tampoco llevará la oscuridad a los límites exteriores de la creación, aunque podría hacerlo con facilidad, porque el único cosmos que conocéis y aceptáis está hecho de luz y oscuridad, el bien y el mal, juntos. Para ver la belleza en la luz, aquélla debe hacer una sombra.
¿Qué deja esto? Dios ha decidido usar el medio más poderoso a su disposición: Va a despertaros. Esta manera le complace porque es la manera del amor, la manera más bondadosa. Cuando Él dio con este plan, la hueste angelical lo supo en forma instantánea, pero me veo obligado a hablar de modo que vosotros lo comprendáis.
Dios no reconoce el paso del tiempo, de manera que no podemos decir verdaderamente que Él vio un problema y pensó una solución. No, la verdad es más bien otra: cuando llegasteis al punto en que empezasteis a olvidar quiénes sois, también olvidasteis la verdadera naturaleza de Dios. Os quedaron sólo trozos y fragmentos. A medida que éstos se volvían más pequeños y vosotros olvidabais incluso eso, había apenas pasajeros momentos de muerte, y en la vida de cada persona unas pocas vislumbres de lo divino.
El resto era vacío.
Vosotros clamabais en este vacío y nadie os respondía.
Dios no puede responderos porque está en todas partes. Esto significa que no puede apartarse de vosotros. Para Él no hay distancia a cubrir. Vosotros lo llamáis y vuestras palabras ya son Dios, vuestros pensamientos son Dios, vuestro sufrimiento, dolor, dicha, esperanza, desesperación y victoria, todos son Dios. ¿Qué establece la diferencia entre un mundo que no es nada sino Dios y un mundo que no es nada? Sólo vosotros.
Por lo tanto el poder de Dios para cambiar el mundo depende de vuestra voluntad. Si empleáis vuestra voluntad para despertar, entonces Dios estará en todas partes.
Veréis que Él nunca os ha abandonado. Si volvéis vuestra voluntad contra la luz, Dios continuará ausente, un vacío bañado en mil leyendas gastadas.
Aunque decidáis contaros entre los despertados, no podéis hacerlo todos al mismo tiempo. El proceso os mataría, Dios puede iluminaros en treinta días, pero se necesitarían treinta hombres para contenerlos. Los ángeles podrían volverse visibles a vosotros en este instante, pero la visión sería peor que la ceguera.
De modo que hemos meditado en diversas maneras de daros una vislumbre. Y se nos han ocurrido algunas nuevas. Ahora veremos si funcionan.
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Siempre gracias por estar ahí y qué disfrutéis de los buenos momentos que el universo nos regala, feliz día y un fuerte abrazo. ¡Hasta pronto!.
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