Un águila rapaz reprochaba a una gallina del corral.
-¡Qué criatura más desagradecida eres tú! Tu dueño te mantiene durante toda tu vida, te protege de las bestias, te alimenta, y ¿qué es lo que tú haces? Cuando él te llama empiezas a correr de un tejado a otro, aleteas por aquí y por allá, y no dejas que te coja. ¿Qué clase de comportamiento es ése? Mírame a mí. Yo hace poco tiempo que estoy aquí, y ya sé cómo debo comportarme, y demuestro mi gratitud por los cuidados que me da el amo. Cuando él me llama, me poso en su brazo y hago todo lo que me pide.
Entonces, la gallina, mirándole con una sonrisa, respondió:
-Quizá tengas razón, amigo mío. Pero dime una cosa, ¿has visto alguna vez un águila asada?
Cuando el viejo sabio terminó su relato, el joven rey se quedó pensativo y luego dijo:
-Es absolutamente cierto. Pero, ¿de qué le sirve a un gran águila la verdad de una pequeña gallina?
-¡No, Majestad!, no despreciéis nunca lo pequeño, contestó el anciano.
Recordad lo que hizo una liebre a un león.
-Y, ¿qué le hizo?, pregunto el joven rey.
El viejo sabio le hizo la reverencia y empezó a narrar su historia...
******
Ahora debo marchar y estaré ausente, pero prometo regresar y contaros la historia de "Una liebre inteligente"
Qué paséis unas muy bonitas fiestas y un feliz año, nos vemos en Enero, un fuerte abrazo y recordad: disfrutad todos los buenos momentos que el universo nos regala.
martes, 20 de diciembre de 2016
LA VIDA OBSERVADA, por "Anthony de Mello"
Siguiendo con el curso de autoliberacion interior que Tony de Mello nos ofrece y dice:" La Iluminacion es la Espiritualidad"
A veces nos sentimos mal, hechos un lío, no sabemos funcionar solos y nos vamos al psicólogo a que nos arregle. El psicólogo no puede hacer nada que tú no hagas. No puede conseguir nada que tú no estés dispuesto a hacer. Puede escucharte y ayudarte a que tú mismo vayas aclarándote mientras hablas. En verdad, lo que haces allí es observarte, y eso es lo que has de hacer tú, pero de continuo. Yo soy psicólogo y puedo decirte que la terapia, la mayoría de las veces lo que hace es un intercambio de problemas: te quita uno pero te mete otro.
La espiritualidad es la que intenta solucionarte a ti. Busca solucionar el problema del "yo" que es el que está generando los problemas que te llevan al psicólogo y al psiquiatra. La espiritualidad va directamente a la raíz, a rescatar tu yo, el auténtico, que está ahogado por barreras que no lo dejan ser libremente.
El hacer esfuerzos por cambiar es contraproducente, pues lo que te va a cambiar es la verdad: el observar la verdad y comprender que tu programación no te deja ser tú. El observar es lo que te va a cambiar. "La vida no observada, no examinada, no vale la pena vivirla, porque no es vida", decía Sócrates.
Es preciso darnos cuenta de todas las reacciones que surgen al mirar a una persona, a un paisaje o a ti mismo. Observar cómo puedo reaccionar frente a determinadas situaciones. Mirar con objetividad, como si no fueras tú, concienciándote de lo que pasa dentro y fuera de ti, estando atento (como cuando conduces). Hacerlo sin juicios valorativos, porque si le pongo etiquetas, ya no veo la cosa como es. Caer en la cuenta, sin prejuicios, soló entendiéndolo.
Tenemos que darnos cuenta de que, con la palabra, o con el pensamiento, solemos etiquetar las cosas y las personas, y luego, como consecuencia de ello, vivimos el personaje de la etiqueta, y no a la persona. Ponerse en contacto con la realidad es mirar a ésta sin querer interpretarla, ni cambiar nada, sino dejar que la realidad cambie el orden de las cosas luciendo por sí misma.
Si no cambiamos espontáneamente es porque ponemos resistencia. En cuanto descubramos los motivos de la resistencia, sin reprimirla ni rechazarla, ella misma se disolverá. Cuando en nosotros hay sensibilidad, no se necesita violencia alguna para conseguir las cosas que necesitas, pues todo se resuelve entendiendo, comprendiendo y te sorprenderás al ver cómo todo se resuelve según comprendes la realidad y no luchas contra ella.
******
Qué sea una lucecita más para alumbraros en el camino de vuestra vida, siempre daros las gracias y qué vuestros deseos se vayan haciendo realidad, FELICES NAVIDADES Y UN BONITO COMIENZO DE AÑO. Un abrazo.
A veces nos sentimos mal, hechos un lío, no sabemos funcionar solos y nos vamos al psicólogo a que nos arregle. El psicólogo no puede hacer nada que tú no hagas. No puede conseguir nada que tú no estés dispuesto a hacer. Puede escucharte y ayudarte a que tú mismo vayas aclarándote mientras hablas. En verdad, lo que haces allí es observarte, y eso es lo que has de hacer tú, pero de continuo. Yo soy psicólogo y puedo decirte que la terapia, la mayoría de las veces lo que hace es un intercambio de problemas: te quita uno pero te mete otro.
La espiritualidad es la que intenta solucionarte a ti. Busca solucionar el problema del "yo" que es el que está generando los problemas que te llevan al psicólogo y al psiquiatra. La espiritualidad va directamente a la raíz, a rescatar tu yo, el auténtico, que está ahogado por barreras que no lo dejan ser libremente.
El hacer esfuerzos por cambiar es contraproducente, pues lo que te va a cambiar es la verdad: el observar la verdad y comprender que tu programación no te deja ser tú. El observar es lo que te va a cambiar. "La vida no observada, no examinada, no vale la pena vivirla, porque no es vida", decía Sócrates.
Es preciso darnos cuenta de todas las reacciones que surgen al mirar a una persona, a un paisaje o a ti mismo. Observar cómo puedo reaccionar frente a determinadas situaciones. Mirar con objetividad, como si no fueras tú, concienciándote de lo que pasa dentro y fuera de ti, estando atento (como cuando conduces). Hacerlo sin juicios valorativos, porque si le pongo etiquetas, ya no veo la cosa como es. Caer en la cuenta, sin prejuicios, soló entendiéndolo.
Tenemos que darnos cuenta de que, con la palabra, o con el pensamiento, solemos etiquetar las cosas y las personas, y luego, como consecuencia de ello, vivimos el personaje de la etiqueta, y no a la persona. Ponerse en contacto con la realidad es mirar a ésta sin querer interpretarla, ni cambiar nada, sino dejar que la realidad cambie el orden de las cosas luciendo por sí misma.
Si no cambiamos espontáneamente es porque ponemos resistencia. En cuanto descubramos los motivos de la resistencia, sin reprimirla ni rechazarla, ella misma se disolverá. Cuando en nosotros hay sensibilidad, no se necesita violencia alguna para conseguir las cosas que necesitas, pues todo se resuelve entendiendo, comprendiendo y te sorprenderás al ver cómo todo se resuelve según comprendes la realidad y no luchas contra ella.
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Qué sea una lucecita más para alumbraros en el camino de vuestra vida, siempre daros las gracias y qué vuestros deseos se vayan haciendo realidad, FELICES NAVIDADES Y UN BONITO COMIENZO DE AÑO. Un abrazo.
domingo, 18 de diciembre de 2016
EL CUENTACUENTOS PERSA, "Los relatos que hicieron soñar al Emperador" por (Nazanin Amirian).
Cuando el anciano monarca falleció, su hijo, como heredero del trono, tomó las riendas del país. Un día, para conocer a los servidores del palacio convocó a todos los cortesanos, preguntándoles, uno a uno, sobre sus cometidos:
-Yo soy vuestro consejero, dijo el primero.
-Yo soy vuestro general, se presentó el segundo.
-Yo soy vuestro guardaespaldas, respondió el tercero.
- Yo soy vuestro cocinero, manifestó el cuarto.
-Yo soy vuestro coracero, contestó el quinto.
-Yo soy vuestro cantante, respondió el sexto.
- Y, ¿cúal es tu cometido?, preguntó el monarca a un anciano que estaba algo apartado de los demás y no se había presentado.
- Yo soy vuestro cuentacuentos,, contestó el viejecito.
-¿Me tomas por un niño? No necesito ningún cuentacuentos, dijo el joven rey frunciendo las cejas, como si le hubieran ofendido.
-Es exactamente lo mismo que opinaba el rey Bahram, contestó el hombre viejo, que además era un sabio. Con la diferencia, continuó el sabio, de que el rey Bahram, muy pronto volvió a reclamar al cuentacuentos para que regresara, pues se dio cuenta de que había actuado como aquel hombre ciego de la fábula.
-¿De qué fábula me hablas?, preguntó el joven rey.
El viejo sabio le hizo la reverencia y empezó a narrar su historia.
EL HOMBRE CIEGO Y LA SERPIENTE
Dos amigos, uno de ellos ciego, emprendieron un viaje atravesando desiertos, praderas y sierras. Una mañana el hombre ciego, que se había levantado antes que su amigo, empezó a buscar su bastón. Pero en lugar del bastón, cogió a una serpiente que estaba durmiendo, con el cuerpo casi congelado a causa del frío nocturno. "He perdido mi bastón pero el Cielo me ha regalado otro mejor", dijo el ciego con regocijo.
Y con la serpiente en la mano despertó a su compañero. Su amigo, refregándose los ojos, al ver al reptil, gritó:
-Qué llevas en la mano, hermano?
-Un nuevo bastón, contestó el ciego.
-Pero eso no es un bastón, ¡es una serpiente y muy venenosa! ¡Tírala de prisa o te picará!
Pero el hombre ciego no le creyó. "Es la envidia que te incita a decirme eso. Tú lo que quieres es apoderarte de mi bastón. No creo lo de la serpiente".
Y con su nuevo bastón, es decir, con la serpiente en la mano, se puso en marcha, reanudando su viaje. Mientras tanto, el sol salía del horizonte y con sus cálidos rayos apartaba lentamente el frío nocturno. Y con el agradable calor del rey del cielo, la serpiente se fue despertando poco a poco, enrollándose sobre el brazo del hombre ciego y antes de que él pudiese reaccionar y desprenderse de ella, le clavó sus afilados colmillos.
Cuando el viejo sabio terminó su relato, el joven rey se quedó pensativo y luego dijo:
-Eso no ha sido necesariamente un cuento instructivo. Un monarca no es ciego y ve el mundo con sus propios ojos.
-Es cierto, Majestad, contestó el anciano. Pero él ve el mundo como el águila de aquella fábula...
-¿De qué fábula me hablas?, preguntó el joven rey.
El viejo sabio le hizo la reverencia y empezó a narrar su historia.
******
Os deseo un feliz día y qué disfrutéis de los buenos momentos que el universo nos regala. Un abrazo y hasta pronto, gracias por estar ahí.
-Yo soy vuestro consejero, dijo el primero.
-Yo soy vuestro general, se presentó el segundo.
-Yo soy vuestro guardaespaldas, respondió el tercero.
- Yo soy vuestro cocinero, manifestó el cuarto.
-Yo soy vuestro coracero, contestó el quinto.
-Yo soy vuestro cantante, respondió el sexto.
- Y, ¿cúal es tu cometido?, preguntó el monarca a un anciano que estaba algo apartado de los demás y no se había presentado.
- Yo soy vuestro cuentacuentos,, contestó el viejecito.
-¿Me tomas por un niño? No necesito ningún cuentacuentos, dijo el joven rey frunciendo las cejas, como si le hubieran ofendido.
-Es exactamente lo mismo que opinaba el rey Bahram, contestó el hombre viejo, que además era un sabio. Con la diferencia, continuó el sabio, de que el rey Bahram, muy pronto volvió a reclamar al cuentacuentos para que regresara, pues se dio cuenta de que había actuado como aquel hombre ciego de la fábula.
-¿De qué fábula me hablas?, preguntó el joven rey.
El viejo sabio le hizo la reverencia y empezó a narrar su historia.
EL HOMBRE CIEGO Y LA SERPIENTE
Dos amigos, uno de ellos ciego, emprendieron un viaje atravesando desiertos, praderas y sierras. Una mañana el hombre ciego, que se había levantado antes que su amigo, empezó a buscar su bastón. Pero en lugar del bastón, cogió a una serpiente que estaba durmiendo, con el cuerpo casi congelado a causa del frío nocturno. "He perdido mi bastón pero el Cielo me ha regalado otro mejor", dijo el ciego con regocijo.
Y con la serpiente en la mano despertó a su compañero. Su amigo, refregándose los ojos, al ver al reptil, gritó:
-Qué llevas en la mano, hermano?
-Un nuevo bastón, contestó el ciego.
-Pero eso no es un bastón, ¡es una serpiente y muy venenosa! ¡Tírala de prisa o te picará!
Pero el hombre ciego no le creyó. "Es la envidia que te incita a decirme eso. Tú lo que quieres es apoderarte de mi bastón. No creo lo de la serpiente".
Y con su nuevo bastón, es decir, con la serpiente en la mano, se puso en marcha, reanudando su viaje. Mientras tanto, el sol salía del horizonte y con sus cálidos rayos apartaba lentamente el frío nocturno. Y con el agradable calor del rey del cielo, la serpiente se fue despertando poco a poco, enrollándose sobre el brazo del hombre ciego y antes de que él pudiese reaccionar y desprenderse de ella, le clavó sus afilados colmillos.
Cuando el viejo sabio terminó su relato, el joven rey se quedó pensativo y luego dijo:
-Eso no ha sido necesariamente un cuento instructivo. Un monarca no es ciego y ve el mundo con sus propios ojos.
-Es cierto, Majestad, contestó el anciano. Pero él ve el mundo como el águila de aquella fábula...
-¿De qué fábula me hablas?, preguntó el joven rey.
El viejo sabio le hizo la reverencia y empezó a narrar su historia.
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Os deseo un feliz día y qué disfrutéis de los buenos momentos que el universo nos regala. Un abrazo y hasta pronto, gracias por estar ahí.
martes, 13 de diciembre de 2016
CONOCERSE A FONDO. por" Anthony de Mello"
Una noche, mientras se hallaba en oración, el hermano Bruno se vio interrumpido por el croar de una rana. Pero, al ver que todos sus esfuerzos por ignorar aquel sonido resultaban inútiles, se asomó a la ventana y gritó: ¡Silencio! ¡Estoy rezando!
Y como el hermano Bruno era un santo, su orden fue obedecida de inmediato: todo ser viviente acalló su voz para crear un silencio que pudiera favorecer su oración.
Pero otro sonido vino entonces a perturbar a Bruno: una voz interior que decía: "Quizás a Dios le agrade tanto el croar de esa rana como el recitado de tus salmos..." ¿Qué puede haber en el croar de una rana que resulte agradable a los oídos de Dios?, fue la displicente respuesta de Bruno. Pero la voz siguió hablando: Por qué crees tú que inventó Dios el sonido?.
Bruno decidió averiguar el porqué. Se asomó de nuevo a la ventana y ordenó: ¡Canta! y el rítmico croar de la rana volvió a llenar el aire, con el acompañamiento de todas las ranas del lugar. Y cuando Bruno prestó atención al sonido, éste dejó de crisparle, porque descubrió que, si dejaba de resistirse a él, el croar de las ranas servía, de hecho, para enriquecer el silencio de la noche.
Y una vez descubierto esto, el corazón de Bruno se sintió en armonía con el universo, y por primera vez en su vida comprendió lo que significa orar.
FIN.
Para despertarse, el único camino es la observación. Es irse observando uno a sí mismo, sus reacciones, sus hábitos y la razón de por qué respondes así. Observarse sin críticas, sin justificaciones ni sentido de culpabilidad ni miedos a descubrir la verdad. Has de conocerte a fondo.
El indagar e investigar quién es Jesucristo es muy loable, pero ¿para qué sirve? ¿Te puede servir para algo si no te conoces a ti mismo? ¿Te sirve para algo si estás controlado y manipulado sin saberlo?
La pregunta más importante del mundo, base de todo acto maduro es: ¿Yo quién soy? Porque, sin conocerte, no puedes conocer ni a Dios. Conocerse uno a sí mismo es fundamental y, sin embargo, lo curioso del caso es que no hay respuesta para la pregunta ¿quién soy yo?, porque lo que tienes que averiguar es lo que no eres, para llegar al ser que ya eres.
Hay un proverbio chino que dice: "Cuando el ojo no está bloqueado, el resultado es el ojo. Cuando la mente no está bloqueado, el resultado es la sabiduría, y cuando el espíritu no está bloqueado, el resultado es el amor".
Hay que quitar las vendas para ver. Si no ves no puedes descubrir los impedimentos que no te están dejando ver.
El observarse a sí mismo, es estar atento a todo lo que acontece dentro de ti y alrededor de ti, como si esto le ocurriese a otra persona, sin personalizarlo, sin juicios ni justificaciones ni esfuerzos por cambiar lo que está sucediendo, ni formular ninguna crítica ni autocompadecerse. Los esfuerzos que hagas por cambiar es peor, pues luchas contra unas ideas, y lo que hay que hacer es comprenderlas, para que ellas se caigan por sí solas una vez que comprendas su falta de realidad. Hay que cuestionar todo esto para ver si se comprende como una verdad y entonces te pondrás a observarte.
FIN.
******
Muy buenos días, siempre daros las gracias por estar ahí y que está sea una lucecita para vuestro andar del día a día. Disfrutad de los buenos momentos que el universo nos regala. Un abrazo.
Y como el hermano Bruno era un santo, su orden fue obedecida de inmediato: todo ser viviente acalló su voz para crear un silencio que pudiera favorecer su oración.
Pero otro sonido vino entonces a perturbar a Bruno: una voz interior que decía: "Quizás a Dios le agrade tanto el croar de esa rana como el recitado de tus salmos..." ¿Qué puede haber en el croar de una rana que resulte agradable a los oídos de Dios?, fue la displicente respuesta de Bruno. Pero la voz siguió hablando: Por qué crees tú que inventó Dios el sonido?.
Bruno decidió averiguar el porqué. Se asomó de nuevo a la ventana y ordenó: ¡Canta! y el rítmico croar de la rana volvió a llenar el aire, con el acompañamiento de todas las ranas del lugar. Y cuando Bruno prestó atención al sonido, éste dejó de crisparle, porque descubrió que, si dejaba de resistirse a él, el croar de las ranas servía, de hecho, para enriquecer el silencio de la noche.
Y una vez descubierto esto, el corazón de Bruno se sintió en armonía con el universo, y por primera vez en su vida comprendió lo que significa orar.
FIN.
Para despertarse, el único camino es la observación. Es irse observando uno a sí mismo, sus reacciones, sus hábitos y la razón de por qué respondes así. Observarse sin críticas, sin justificaciones ni sentido de culpabilidad ni miedos a descubrir la verdad. Has de conocerte a fondo.
El indagar e investigar quién es Jesucristo es muy loable, pero ¿para qué sirve? ¿Te puede servir para algo si no te conoces a ti mismo? ¿Te sirve para algo si estás controlado y manipulado sin saberlo?
La pregunta más importante del mundo, base de todo acto maduro es: ¿Yo quién soy? Porque, sin conocerte, no puedes conocer ni a Dios. Conocerse uno a sí mismo es fundamental y, sin embargo, lo curioso del caso es que no hay respuesta para la pregunta ¿quién soy yo?, porque lo que tienes que averiguar es lo que no eres, para llegar al ser que ya eres.
Hay un proverbio chino que dice: "Cuando el ojo no está bloqueado, el resultado es el ojo. Cuando la mente no está bloqueado, el resultado es la sabiduría, y cuando el espíritu no está bloqueado, el resultado es el amor".
Hay que quitar las vendas para ver. Si no ves no puedes descubrir los impedimentos que no te están dejando ver.
El observarse a sí mismo, es estar atento a todo lo que acontece dentro de ti y alrededor de ti, como si esto le ocurriese a otra persona, sin personalizarlo, sin juicios ni justificaciones ni esfuerzos por cambiar lo que está sucediendo, ni formular ninguna crítica ni autocompadecerse. Los esfuerzos que hagas por cambiar es peor, pues luchas contra unas ideas, y lo que hay que hacer es comprenderlas, para que ellas se caigan por sí solas una vez que comprendas su falta de realidad. Hay que cuestionar todo esto para ver si se comprende como una verdad y entonces te pondrás a observarte.
FIN.
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Muy buenos días, siempre daros las gracias por estar ahí y que está sea una lucecita para vuestro andar del día a día. Disfrutad de los buenos momentos que el universo nos regala. Un abrazo.
domingo, 11 de diciembre de 2016
EL ORIGEN DEL LAGO DE SANABRIA. por "Juan Garcia Atienza"
Dicen que allí donde ahora se encuentra el lago se levantaba en tiempos remotos una rica y floreciente ciudad. Y que Jesucristo en persona, disfrazado de mendigo según unos y de peregrino según otros, llegó un buen día a ella para probar la calidad moral de sus habitantes. La experiencia resultó desastrosa. Nadie quiso acogerlo, de nadie recibió la menor limosna, nadie sintió compasión de sus harapos y del hambre que reflejaba su figura. Sólo una humilde familia, pobre de solemnidad, se avino a compartir con él su exigua comida y le ofreció una frazada de paja donde descansar. Jesucristo, entonces, sintió la necesidad de castigar aquel pecado y, como se trataba de una falta colectiva, decidió que el castigo tendría que serlo también. Así pues, avisó a la única familia misericordiosa para que abandonase aquel lugar lo antes posible y, subiéndose a una de las colinas cercanas, mandó a los elementos que descargasen una lluvia mortal sobre el valle, una terrible tormenta de agua que no cesó hasta que toda la hermosa cuenca y la ciudad entera quedaron anegados por las aguas para siempre. Desde entonces, las campanas de la iglesia hundida suenan solas en la noche de San Juan.
FIN.
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Pensando en su significado simbólico, un lago es la imagen enantiomorfa de la bóveda celeste que se refleja en sus aguas. Es el espejo líquido de lo sagrado; el cielo que se acerca hasta la superficie de la Tierra y pone su imagen al alcance de los mortales.
El lago es siempre una entidad mágica que conserva el misterio de sus orígenes desde el momento mismo en que nadie podría asegurar siempre y sin temor a equivocarse de dónde surgen las aguas que lo alimentan. Hay incluso leyendas, que giran precisamente en torno al misterio de sus fuentes, de los recónditos manantiales que le proporcionan su caudal o de los secretos desagües que permiten que ese caudal se mantenga siempre en los mismos niveles de agua.
Dice Gaston Bachelard (La terre et les rêveries de la Volonté, 1948) que el lago simboliza el ojo que ha llorado demasiado, señalando con ello que refleja ese anhelado e imposible contacto del ser humano con la siempre buscada trascendencia. Y los celtas creían a pies juntillas que los lagos y las lagunas, e incluso las humildes charcas que se secan en los veranos ardientes, eran deidades adscritas a la tierra o lugares que servían de morada a los dioses de las aguas, los que luego harían suyos los arroyos y hasta los mares; por eso arrojaban en sus profundidades ofrendas valiosas y hasta, eventualmente, los trofeos conquistados en sus empresas guerreras.
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Os deseo un feliz Domingo y una muy buena semana, gracias por estar ahí y os espero muy pronto. Un abrazo.
FIN.
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Pensando en su significado simbólico, un lago es la imagen enantiomorfa de la bóveda celeste que se refleja en sus aguas. Es el espejo líquido de lo sagrado; el cielo que se acerca hasta la superficie de la Tierra y pone su imagen al alcance de los mortales.
El lago es siempre una entidad mágica que conserva el misterio de sus orígenes desde el momento mismo en que nadie podría asegurar siempre y sin temor a equivocarse de dónde surgen las aguas que lo alimentan. Hay incluso leyendas, que giran precisamente en torno al misterio de sus fuentes, de los recónditos manantiales que le proporcionan su caudal o de los secretos desagües que permiten que ese caudal se mantenga siempre en los mismos niveles de agua.
Dice Gaston Bachelard (La terre et les rêveries de la Volonté, 1948) que el lago simboliza el ojo que ha llorado demasiado, señalando con ello que refleja ese anhelado e imposible contacto del ser humano con la siempre buscada trascendencia. Y los celtas creían a pies juntillas que los lagos y las lagunas, e incluso las humildes charcas que se secan en los veranos ardientes, eran deidades adscritas a la tierra o lugares que servían de morada a los dioses de las aguas, los que luego harían suyos los arroyos y hasta los mares; por eso arrojaban en sus profundidades ofrendas valiosas y hasta, eventualmente, los trofeos conquistados en sus empresas guerreras.
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Os deseo un feliz Domingo y una muy buena semana, gracias por estar ahí y os espero muy pronto. Un abrazo.
miércoles, 7 de diciembre de 2016
ORACIÓN. Un cuento "Hasídico" Anthony de Mello.
Los judíos de una pequeña ciudad rusa esperaban ansiosos la llegada de un rabino. Se trataba de un acontecimiento poco frecuente, y por eso habían dedicado mucho tiempo a preparar las preguntas que iban hacerle.
Cuando, al fin, llegó y se reunieron con él en el ayuntamiento, el rabino pudo palpar la tensión reinante mientras todos se disponían a escuchar las respuestas que él iba a darles.
Al principio no dijo nada, sino que se limitó a mirarles fijamente a los ojos, a la vez que tarareaba insistentemente una melodía. Pronto empezó todo el mundo a tararear. Entonces el rabino se puso a cantar, y todos le imitaron. Luego comenzó a balancearse y a danzar con gestos solemnes y rítmicos, y todos hicieron lo mismo. Al cabo de un rato, estaban todos tan enfrascados en la danza y tan absortos en sus movimientos que parecían insensibles a todo lo demás; de este modo, todo el mundo quedó restablecido y curado de la fragmentación interior que nos aparta de la verdad.
Transcurrió casi una hora hasta que la danza, cada vez más lenta, acabó cesando. Una vez liberados de su tensión interior, todos se sentaron, disfrutando de la silenciosa paz que invadía el recinto. Entonces pronunció el rabino sus únicas palabras de aquella noche: "Espero haber respondido a vuestras preguntas".
Cuando le preguntaron a un derviche por qué daba culto a Dios por medio de la danza, respondió: Porque dar culto a Dios significa morir al propio yo. Ahora bien, la danza mata al yo; cuando el yo muere, todos los problemas mueren con él; y donde no está el yo, está el Amor, está Dios".
******
El Maestro se sentó con sus discípulos en el patio de butacas y les dijo: "Todos vosotros habéis oído y pronunciado muchas oraciones. Me gustaría que esta noche vierais una".
En aquel momento se alzó el telón y comenzó el ballet.
FIN.
Os deseo una muy buena semana y que éste rayo de luz sea para alumbrar vuestro sendero por donde caminas día a día, gracias muchas gracias por estar ahí. Un abrazo y hasta muy pronto.
Cuando, al fin, llegó y se reunieron con él en el ayuntamiento, el rabino pudo palpar la tensión reinante mientras todos se disponían a escuchar las respuestas que él iba a darles.
Al principio no dijo nada, sino que se limitó a mirarles fijamente a los ojos, a la vez que tarareaba insistentemente una melodía. Pronto empezó todo el mundo a tararear. Entonces el rabino se puso a cantar, y todos le imitaron. Luego comenzó a balancearse y a danzar con gestos solemnes y rítmicos, y todos hicieron lo mismo. Al cabo de un rato, estaban todos tan enfrascados en la danza y tan absortos en sus movimientos que parecían insensibles a todo lo demás; de este modo, todo el mundo quedó restablecido y curado de la fragmentación interior que nos aparta de la verdad.
Transcurrió casi una hora hasta que la danza, cada vez más lenta, acabó cesando. Una vez liberados de su tensión interior, todos se sentaron, disfrutando de la silenciosa paz que invadía el recinto. Entonces pronunció el rabino sus únicas palabras de aquella noche: "Espero haber respondido a vuestras preguntas".
Cuando le preguntaron a un derviche por qué daba culto a Dios por medio de la danza, respondió: Porque dar culto a Dios significa morir al propio yo. Ahora bien, la danza mata al yo; cuando el yo muere, todos los problemas mueren con él; y donde no está el yo, está el Amor, está Dios".
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El Maestro se sentó con sus discípulos en el patio de butacas y les dijo: "Todos vosotros habéis oído y pronunciado muchas oraciones. Me gustaría que esta noche vierais una".
En aquel momento se alzó el telón y comenzó el ballet.
FIN.
Os deseo una muy buena semana y que éste rayo de luz sea para alumbrar vuestro sendero por donde caminas día a día, gracias muchas gracias por estar ahí. Un abrazo y hasta muy pronto.
NO SEAS FOTOCOPIA, por " Anthony de Mello".
No imitéis a nadie, ni siquiera a Jesús. Jesús no es copia de nadie. Para ser como Jesús, has de ser tú mismo sin copiar a nadie, pues todo lo auténtico es lo real, como real era Jesús.
La culpabilidad y la crítica no existen más que en la mente de la cultura. Las personas que menos se preocupan de la vida de ahora, de vivir el presente, son las que más se preocupan por la venidera. Preocúpate por estar despierto, vive ahora y no te importará el futuro. Cuando tu mentalidad cambia, todo cambia par ti a tu alrededor. Lo que antes te preocupaba tanto, ahora te importa un bledo,y, en cambio, vas descubriendo cosas maravillosas que antes te pasaban desapercibidas.
Lo que más le preocupa a las personas programadas es tener razón. Tienen miedo de perder sus ideas, en las que se apoyan, porque les da pavor el riesgo, el cambio, la novedad y se agarran de sus viejas ideas porque están fosilizadas.
Nuestra vida se convierte en un lío porque tomamos por realidad lo que no son más que programaciones que no sirven para nada y nos agarramos a ellas porque no sabemos descubrir otra cosa. En el fondo, tenemos una gran inseguridad, y para sentirnos mejor, vamos a consultar a los que creemos saben más que nosotros, creyendo que ellos nos van a solucionar los problemas. Pero los problemas, que soló existen en nuestra imaginación, sólo despertando los solucionaremos.
FACIL Y DIFICIL
"Se cuenta que había un gran maestro llamado Buso, que era casado y tenía una hija, todos con fama de sabiduría y de santidad. Un día se acerco un hombre al maestro y le preguntó: "La iluminación, ¿es fácil o es difícil?". Y Buso le contestó: "Es tan difícil como alcanzar la luna". No conforme, el hombre se acercó a la mujer de Buso y le hizo la misma pregunta, a lo que ella le contestó: "Es muy fácil. Es tan fácil como beberse un vaso de agua". Intrigado se quedó el hombre, y para salir de dudas le hizo la misma pregunta a la hija del maestro, que le contestó: "¡Hombre!, si lo haces difícil es difícil, pero si lo haces fácil...".
Lo más difícil es la capacidad de ver, ver simplemente, con sinceridad, sin engañarte, porque el ver significa cambio, nada a que agarrarse, y estamos acostumbrados a buscarnos asideros y a andar con muletas. En cuanto llegas a ver con claridad tienes que volar, y volar es no tener nada en donde agarrarte. Necesitamos desmontar la tienda en la que nos refugiábamos y seguir por el sendero adelante sin apoyos.
El susto mayor es por la aniquilación de todo miedo, puesto que los miedos han sido el manto en el que nos envolvíamos para no ver ni ser vistos. Dejar las cosas atrás y enfrentarse a la felicidad, cuando no quieres ser feliz a ese precio. Una felicidad que has de expresar tú y no esperar a que te la den hecha. Aunque vas diciendo que buscas la felicidad, lo cierto es que no quieres ser feliz. Prefieres volver al nido antes de volar porque tienes miedo, y el miedo es algo conocido y la felicidad no.
En mi profesión de psicólogo advierto cada día esto. Lo primero que tiene que entender un buen psicólogo es que el que viene a él no busca la curación, sino el alivio, la comodidad, pero no quiere cambiar: es demasiado expuesto y comprometido.
Es como aquel que estaba metido en la porquería hasta la boca y lo único que le preocupa es que no le hagan olas, no que lo saquen de allí. Lo malo es que la mayoría equiparan la felicidad con conseguir el objeto de su apego, y no quieren saber que la felicidad está precisamente en la ausencia de los apegos, y en que ninguna persona ni cosa tenga poder sobre ti.
La culpabilidad y la crítica no existen más que en la mente de la cultura. Las personas que menos se preocupan de la vida de ahora, de vivir el presente, son las que más se preocupan por la venidera. Preocúpate por estar despierto, vive ahora y no te importará el futuro. Cuando tu mentalidad cambia, todo cambia par ti a tu alrededor. Lo que antes te preocupaba tanto, ahora te importa un bledo,y, en cambio, vas descubriendo cosas maravillosas que antes te pasaban desapercibidas.
Lo que más le preocupa a las personas programadas es tener razón. Tienen miedo de perder sus ideas, en las que se apoyan, porque les da pavor el riesgo, el cambio, la novedad y se agarran de sus viejas ideas porque están fosilizadas.
Nuestra vida se convierte en un lío porque tomamos por realidad lo que no son más que programaciones que no sirven para nada y nos agarramos a ellas porque no sabemos descubrir otra cosa. En el fondo, tenemos una gran inseguridad, y para sentirnos mejor, vamos a consultar a los que creemos saben más que nosotros, creyendo que ellos nos van a solucionar los problemas. Pero los problemas, que soló existen en nuestra imaginación, sólo despertando los solucionaremos.
FACIL Y DIFICIL
"Se cuenta que había un gran maestro llamado Buso, que era casado y tenía una hija, todos con fama de sabiduría y de santidad. Un día se acerco un hombre al maestro y le preguntó: "La iluminación, ¿es fácil o es difícil?". Y Buso le contestó: "Es tan difícil como alcanzar la luna". No conforme, el hombre se acercó a la mujer de Buso y le hizo la misma pregunta, a lo que ella le contestó: "Es muy fácil. Es tan fácil como beberse un vaso de agua". Intrigado se quedó el hombre, y para salir de dudas le hizo la misma pregunta a la hija del maestro, que le contestó: "¡Hombre!, si lo haces difícil es difícil, pero si lo haces fácil...".
Lo más difícil es la capacidad de ver, ver simplemente, con sinceridad, sin engañarte, porque el ver significa cambio, nada a que agarrarse, y estamos acostumbrados a buscarnos asideros y a andar con muletas. En cuanto llegas a ver con claridad tienes que volar, y volar es no tener nada en donde agarrarte. Necesitamos desmontar la tienda en la que nos refugiábamos y seguir por el sendero adelante sin apoyos.
El susto mayor es por la aniquilación de todo miedo, puesto que los miedos han sido el manto en el que nos envolvíamos para no ver ni ser vistos. Dejar las cosas atrás y enfrentarse a la felicidad, cuando no quieres ser feliz a ese precio. Una felicidad que has de expresar tú y no esperar a que te la den hecha. Aunque vas diciendo que buscas la felicidad, lo cierto es que no quieres ser feliz. Prefieres volver al nido antes de volar porque tienes miedo, y el miedo es algo conocido y la felicidad no.
En mi profesión de psicólogo advierto cada día esto. Lo primero que tiene que entender un buen psicólogo es que el que viene a él no busca la curación, sino el alivio, la comodidad, pero no quiere cambiar: es demasiado expuesto y comprometido.
Es como aquel que estaba metido en la porquería hasta la boca y lo único que le preocupa es que no le hagan olas, no que lo saquen de allí. Lo malo es que la mayoría equiparan la felicidad con conseguir el objeto de su apego, y no quieren saber que la felicidad está precisamente en la ausencia de los apegos, y en que ninguna persona ni cosa tenga poder sobre ti.
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