sábado, 11 de febrero de 2017

LOS DOS PATOS Y LA TORTUGA. por "Nazanin Amirian"

      Dos patos y una tortuga vivían en un parque natural cerca de un pantano, tenían una amistad de varios años. Pero su felicidad se enturbió cuando el agua del pantano empezó a menguarse poco a poco, hasta secarse.
      Para los tres habitantes del estanque ver cómo se evaporaba el apreciado agua era realmente desolador, porque significaba marcharse de allí o morir en un lugar que un día fue una hermosa y verde pradera, y que ahora, cada vez más, se asemejaba a la imagen de un desierto.
      Los dos patitos acordaron irse de aquel pantano y emigrar a otro estanque repleto de agua, situado al otro lado del parque. Así que fueron a visitar a su amiga tortuga para despedirse de ella.
      -Nos vamos a mudar de aquí porque sin agua no podemos vivir.
      -¡Qué suerte tenéis!, podéis volar e ir donde queráis, pero yo no puedo ir a ninguna parte. Además, moriré sin vosotros, en soledad. ¡Por favor, llevadme con vosotros!
      Los dos patitos se pusieron muy tristes. Les daba pena dejar allí abandonada a su amiga. De repente a uno de ellos se le ocurrió una idea.
      -Vamos a hacer una cosa: tomaremos un palo para que te agarres con la boca y nosotros lo sostendremos para izarte. Sólo debes prometer que en caso de que alguien te vea volando y se burle de ti, no abrirás la boca para responderle. ¿De acuerdo?
      La tortuga, muy contenta de la propuesta de sus amigos, prometió hacer lo que ellos dijeran.
       Y así sucedió. La tortuga, con las alas de los amables patos, por primera vez experimentó el placer de volar. Cuando estaban atravesando la aldea, unos hombres maravillados por tal espectáculo, dijeron.
      -¡Mirad! Una tortuga en el aire llevada por dos patos.
      -¿Qué miráis? -dijo la tortuga cuando les oyó, y sin haber terminado de pronunciar su frase, cayó con todo su peso a tierra.

      Cuando el viejo sabio terminó su relato, el joven rey se quedó pensativo y luego dijo:
       -Un triste relato con una inteligente moraleja.
       -Tenéis razón, Majestad, respondió el anciano, hay mucha gente a quien es imposible inculcar el sentido común, como en el caso de los monos de la fábula.
      -¿Qué monos?, preguntó el joven rey.
     El viejo sabio le hizo la reverencia y empezó a narrar su historia.

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       Muy buenos días tengáis disfrutando de los buenos momentos que nos regala el universo. ¡Disfrutadlos! Gracias por estar de nuevo aquí y un abrazo para tod@s .

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