NINGUNO DE NOSOTROS TIENE UN MAPA,
PERO TODOS TENEMOS UNA BRÚJULA
Cuando Jacob volvió a casa, Jonás estaba poniendo los platos para la cena. Una tajada de luna nueva se enroscaba ya por la ventana.
¿Cómo ha ido la escuela? -preguntó Jacob.
-Me gusta Rut -respondió Jonás.
-Yo te he preguntado sobre la escuela, y tú me dices que te gusta tu profesora. Ahora dime qué es lo que has aprendido hoy.
-Hoy Rut nos ha hablado de los principios de la brújula -dijo Jonás-. Ella dice que, aún cuando una persona no sepa adónde está yendo, sí que puede saber cómo se llega allí.
Jacob, sonriendo y arrugando los ojos,dijo:
-Nuestros libros de sabiduría nos cuentan que, si no sabes adónde vas, cualquier sendero te llevará allí.
-Ella dice también que la brújula apunta siempre en la misma dirección, la del norte magnético, y que sólo podemos saber los otros puntos de la brújula por su posición con respecto a esta constante.
-Sí -afirmó Jacob-, y cada uno de nosotros debería de ser lo suficientemente sabio como para hacer una pausa en nuestras vidas y preguntarnos cuál es nuestro norte magnético.
"Para algunos de nosotros, nuestro norte magnético es el amor, para otros es el miedo, para otros es el poder. Si el amor es nuestro norte magnético, afrontaremos nuestras experiencias con cariño y con ayuda. Si el miedo es nuestro norte magnético, estaremos gobernados por la inseguridad y la duda. Si el poder es nuestro norte magnético, entonces será el control y la preocupación sobre quién es el que está en el cargo lo que llenará nuestra vida. Sea cual sea nuestro norte magnético, ése será el velo a través del cual veremos el mundo."
-Pero, ¿cuál es el verdadero norte? ¿Dónde está?
-Está allí adonde sabemos que deberíamos de dirigirnos.
-Pero, ¿qué pasa si no sabes eso o estás perdido? -preguntó Jonás un tanto descorazonado.
-¿Cómo nos vamos a perder? -preguntó Jacob-.
Sólo existen dos puertas. Por una se nos introduce, por la otra se nos invita a salir. A lo largo del camino, tanto si lo sabemos como si no, nos estamos dando direcciones constantemente. Y aunque ninguno de nosotros tiene un mapa, todos tenemos una brújula.
-Rut es una buena profesora -dijo Jonás después de un silencio, y miró a Jacob buscando su aprobación.
-Sí -dijo Jacob-, los buenos profesores son al mismo tiempo espejos y ventanas. Nos permiten vernos a nosotros mismos a la vez que al mundo.
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Qué sea de nuevo una luz para vuestro día a día, siempre gracias por estar ahí y que disfrutéis de los buenos momentos que el universo nos regala, un abrazo y hasta muy pronto.
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