jueves, 27 de abril de 2017

EJERCICIO DE FANTASIA. por "Anthony de Mello".

    (para reflexionar)

      Piensa en una persona conocida y date cuenta de las veces que le has exigido comportarse de determinada manera, y pídele perdón por haber querido cambiarla. Habla con ella con sinceridad, sin miedos. Puedes decirle algo así." Tú has tu propia vida. Yo no voy a enfadarme porque obres de una manera distinta a como yo lo haría. Entiendo que eres libre de hacerlo, pero eso no quiere decir que no voy a protegerme de las consecuencias de tus actos. Yo me protegeré cuando lo crea necesario, pero no voy a protegerte a ti de ti mismo".

      La persona libre es la que es capaz de decir sí o no con la misma sencillez en cualquier circunstancia. Si a veces dices sí por no desilusionar a la gente, eso no es amor, es cobardía. Un gran ejercicio para el amor es saber decir no.

      Cuando alguien te pide algo insistentemente, como si fuese la vida en ello, y tú no ves lo positivos de que accedas, sé capaz de decir sencillamente y todo lo enérgicamente que sea necesario que tú no sueles hacer regalos ni concesiones a las personas si no tienes claros los medios ni los motivos psicológicos para hacerlos, porque, si no, tú te vas a quedar resentido de su imposición, y el va a ser una víctima de ese resentimiento que provoca y, además, estarás retrasando su crecimiento y autonomía como persona.

      Ser disponible, estar abierto, no es eso. Eso es miedo a perder la imagen y cobardía ante la verdad, porque decir la verdad es, a veces, difícil. No quieres darle un remedio, pero quieres que se cure y, en cambio, no aguantas que se porte así. ¡Cobarde, egoísta, Hipócrita!, ¿qué hay de bueno en tu actitud? Si hubieras sido completamente libre del sentido de culpabilidad, le hubieras dicho que no sencillamente. El egoísmo es exigir que el otro haga lo que tú quieras. El dejar que cada uno haga lo que quiera es el amor. En el amor no puede haber exigencias ni chantajes.

      Algunos me han preguntado que cuándo voy hablar de Dios. Y yo creo que, en estos días, lo único que he hecho es hablar precisamente de Dios. A Dios sólo se le puede conocer por la vida, que es su manifestación. El está en la verdad y de despertar a la verdad se trata.

      "Se cuenta que un árabe fue a visitar a un gran maestro y le dijo: "Tan grande es la confianza que tengo en Alá que, al venir aquí, no he atado el camello". Y el gran maestro le contestó: "¡Ve a atar al camello, idiota, que Dios no se ocupa de lo que tú puedes hacer!".

      Dios es padre, pero un buen padre ama en libertad y quiere y propicia que su hijo crezca en fuerza, sabiduría y amor. El niño que está apegado a sus padres es un niño enfermizo psicologícamente por culpa de sus padres.

      El niño es incapaz de amar, pero necesita ser amado. Es un ser que nace espontáneo y libre para buscar y aprender desarrollando su experiencia con sus cinco sentidos y la atención alerta para captar la vida. Si sus padres le condicionan el amor que necesita a una obediencia y a unas reglas, perderá su libertad, y por miedo a perder el amor de sus padres, su acogida y sus caricias, comenzará el apego. Tiene miedo a la angustia que le produce el rechazo de sus padres, y sólo por eso se someterá.

      Eso es un chantaje afectivo que va a pagar muy caro durante toda su vida. Ese niño crecerá creyendo que el amor, el cariño, hay que comprarlos, y tendrá una dependencia y un apego que confundirá con el amor. Su mente estará programada.

      Las personas programadas van buscando siempre hacer las cosas "mejor". Van ansiosos de victorias, de sus conquistas, de sus logros y nunca están satisfechos, por eso sufren tanto cuando no alcanzan las metas que su exigencia les impone. Son seres que no viven y disfrutan con lo real.

      Estos seres extienden su exigencia a los demás y por eso están incapacitados para amar. Buscan la felicidad donde no está.

      Sólo en libertad se ama. Cuando amas la vida, la realidad, con todas tus fuerzas, amas mucho más libremente a las personas. Si tú disfrutas de mil flores no te agarras a ninguna, pero si te agarras sólo a una, no disfrutas de ninguna. La causa de mi felicidad no es el amigo, pero brota cuando estoy con él. Antes creía que la sinfonía sonaba sólo cuando estabamos juntos, pero ahora veo que la felicidad no es casual.

      La felicidad es evidente siempre si no le pones estorbos. Los estorbos más grandes de la felicidad pueden ser los apegos. Lo que importa no es ni tú ni yo, sino la relación, libre de exigencias del amor. Hagas lo que hagas no tengo miedo a que me ofendas ni a ofenderte. No tengo ningún deseo de impresionarte. Prefiero ser sencillamente lo que soy con mis formas y deseo que me aceptes así. Es precisamente con esta relación como tiene sentido el matrimonio, y no por las promesas ni los contratos. Ya que no te necesito para ser feliz, no te ato ni me ato. Tú eres mi instrumento favorito, pero no renuncio a escuchar los demás. El amor es una sensibilidad que te capacita para escuchar todos los instrumentos precisamente porque uno despertó más hondamente esa sensibilidad. Y la armonía se logra cuando juntos estáis disponibles y sensibilizados para escuchar todas las melodías.

                                                                          ******

      Deseo que sea una luz más para vuestro caminar en el día a día. Os doy las gracias por estar ahí, qué disfrutéis de los buenos momentos que el universo nos regala y tengáis una muy buena semana. Un abrazo. Hasta la semana que viene.

miércoles, 26 de abril de 2017

EL MONO Y LAS LENTEJAS. por "Nazanin Amirian"

      Quien posee la sabiduría no debe apresurarse en impartir justicia, pues puede arrepentirse. Majestad, buscar algo que no se puede hallar, puede incluso hacernos perder lo que poseemos. Como pasó al mono de la fábula.
      -¿Cómo es esa fábula?, preguntó el joven rey.
      El viejo sabio le hizo la reverencia y empezó a narrar su historia.

      Un campesino, agotado tras una jornada de trabajo, se acostó a la sombra de un árbol para descansar, colocando una cesta llena de lentejas a su lado. Un mono, por cierto muy hambriento, que estaba sentado encima del mismo árbol, al sentir el aroma de las lentejas bajó sin hacer ruido, cogió un puñado de lentejas y volvió a subir al árbol. Justo cuando se preparaba para comérselas, una lenteja se le resbaló y cayó al suelo.
      Reacio a abandonarla, el mono bajó del árbol y se puso a buscarla entre la hierba. El ruido de las hojas despertó al hombre. El mono, muy asustado, tiró todas las lentejas y volvió a subir al árbol con las manos vacías.

      Cuando el viejo sabio terminó su relato, el joven rey se quedó pensativo y luego dijo:
     -Una bonita fábula. Difícilmente se puede encontrar otro ejemplo de necedad.
     -Aún existen actitudes necias más graves, Majestad, contestó el anciano, como la codicia. Muchos avaros no sólo pierden un puñado de lentejas, sino también su cabeza. ¿Conocéis la fábula del lobo codicioso?
      -No, no la conozco, contestó el rey.
      El viejo sabio le hizo la reverencia y empezó a narrar su historia.

                                                             ******

      Os lo cuento la semana que viene, mañana continuaremos con el curso que Anthony de Mello nos esta ofreciendo de autoliberación interior. Os espero¡ Qué paséis un muy buen día y un abrazo para tod@s vosotr@s.

martes, 25 de abril de 2017

UNA ORACIÓN PARA LA SEMANA. por "Anthony de Mello"

      El sabio indio Narada era un devoto del Señor Hari. Tan grande era su devoción que un día sintió la tentación de pensar que no había nadie en todo el mundo que amara a Dios más que él.

      El Señor leyó en su corazón y le dijo: "Narada, ve a la ciudad que hay a orillas del Ganges y busca a un devoto mío que vive allí. Te vendrá bien vivir en su compañia".

      Así lo hizo Narada, y se encontró con un labrador que todos los días se levantaba muy temprano, pronunciaba el nombre de Hari una sola vez, tomaba su arado y se iba al campo, donde trabajaba durante toda la jornada. Por la noche, justo antes de dormirse, pronunciaba otra vez el nombre de Hari. Y Narada pensó "¿Cómo puede ser un devoto de Dios este patán, que se pasa el día enfrascado en sus ocupaciones terrenales?".

      Entonces el Señor le dijo a Narada: "Toma un cuenco, llénalo de leche hasta el borde y paséate con él por la ciudad. Luego vuelve aquí sin haber derramado una sola gota.

      Narada hizo lo que se le había ordenado.

      "¿Cuántas veces te has acordado de mí mientras paseabas por la ciudad?", le preguntó el Señor.

      "Ni una sola vez, Señor", respondió Narada. "¿Cómo podía hacerlo si tenía que estar pendiente del cuenco de leche?".

      Y el Señor le dijo: "Ese cuenco ha absorbido tu atención de tal manera que me has olvidado por completo. Pero fíjate en ese campesino, que, a pesar de tener que cuidar de toda una familia, se acuerda de mí dos veces al día".

                                                      ******

      Muy buenos días, gracias por estar ahí, os deseo un bonito y completo día. Ahora el cuentacuentos, Un abrazo.

jueves, 20 de abril de 2017

CAMBIA TU PROGRAMACION. por "Anthony de Mello"

      Los hombres buscan y huyen de tantas cosas, y no entienden que, tanto como lo buscan fuera como de lo que huyen, está dentro. Estás intentando escapar de algo que está dentro de ti: tu inconsciente, en donde están grabadas todas tus programaciones. Y lo que buscas: el amor, la felicidad están dentro de ti, eres tú mismo. Es el despertar a tu suficiencia lo que va a liberarte. La resolución de todo está dentro de ti, y si consigues ser suficiente, ya has llegado a ser tu mismo. Pero mientras no se te vayan tus neurosis de adormilado, no intentes cambiar el mundo; antes despierta tú.

      Mientras duermes y sueñas, tú, ves a las personas y al mundo igual que te miras tú. El día que cambies tú, cambiarán todas las personas para ti, y cambiará tu presente. Entonces vivirás en un mundo de amor. El que ama, termina siempre por vivir en un mundo de amor porque, los demás, no tienen más remedio que reaccionar por lo que tú les impactas.

      Ahora piensa en las personas con las que ordinariamente vives y trabajas, y en los problemas que tienes con ellos. ¿Sabes la solución? Te voy a decir un remedio mágico, porque no falla nunca: Cambia tu programación y todo cambiará. Renuncia a tus exigencias: Lo más importante es vivir el presente, tanto contigo mismo como con los demás, es renunciar a las exigencias.

      Las exigencias son la fuente de todo problema de relación y convivencia. Exiges que el otro no sea egoísta, que no sea pasota, y te autoconvences de que lo haces por su "bien". ¿Que lo haces por su bien? Y entonces, ¿por qué te molesta su actitud?, ¿no será que te está reflejando algo que no te permites a ti mismo? No te engañes llama a las cosas por su nombre. No seas exigente contigo mismo y comenzarás a no exigir a los demás. Salté de esa programación que te tiene prendido del árbol del "bien y del mal" y comenzarás a aceptar la realidad sin juicios ni críticas.

      Cuando te molesta que tu amigo sea exigente es que tú lo eres también.
     
      Cuando te molesta que no reaccione, no seas exigente y no le pidas lo que no está dispuesto a hacer en este momento.

      Pero puedes comprenderlo y no juzgarlo, sino esperar que él sabrá por sí solo salir de su pasividad. Esto puede ayudarle, y en cambio la exigencia no.

      No te compete a ti apresurar los resultados, porque tú no estás para arreglar el mundo, sino para amarlo y comprenderlo. ¿No te das cuenta de que, cuando buscas un resultado y luchas por él, lo que haces es buscarte a ti mismo? Quieres, en el fondo, tener razón y demostrárselo. Olvidas que, para cada persona, la vida tiene reservado un ritmo y una ocasión. Mira a las personas tal como son, respétalas, acéptalas y trata de comprenderlas allí en donde están y dales la respuesta que a ti te corresponde: La del amor y la comprensión.

                                                                      ******

      Una luz más para seguir por el día a día, os deseo un muy buen fin de semana y que disfrutéis de los buenos momentos que el universo nos regala. Muchas gracias por estar ahí y un abrazo. Nos vemos la semana que viene.

miércoles, 19 de abril de 2017

LAS DOS PALOMAS. por "Nazanin Amirian"

      Cuando el viejo sabio terminó su relato, el joven rey se quedó pensativo y luego dijo:
       -Es una fábula que apena el corazón. No sabría decirte si el chacal debería ser recompensado por su inteligencia o castigado por su maldad.
      -Cierto, Majestad, contestó el anciano. Así es la vida. Pero, de sabios es evitar los enfrentamientos por cualquier medio. Las espadas se levantan cuando el razonamiento es corto. Es lo que pasó a la paloma de otra fábula.
      -¿Qué paloma?, preguntó el joven rey.
     El viejo sabio le hizo la reverencia y empezó a narrar su historia.

      Una pareja de palomas solía recoger granos durante los calurosos meses de verano para no quedarse sin abastecimiento en la época fría, cuando es muy difícil encontrar comida. En la despensa tenían un recipiente, donde guardaban sus granos de reserva.
      -Mientras haya suficiente comida en el campo, no debemos tocar estos granos, comentó el marido palomo.
      Su compañera aceptó, pues le pareció una idea inteligente. Aquel verano, el tiempo era excepcionalmente más caluroso que otros años. El palomo se marchó durante unos días para visitar a unos amigos en una aldea cercana.
      Mientras estuvo fuera, debido al calor, el agua de los cereales se fue evaporando gradualmente, y su volumen se fue reduciendo en el recipiente hasta quedar medio vacío.
      Cuando el palomo volvió, vio que el recipiente no estaba lleno, se enfadó y gritó:
       -No te había dicho que no comieras de estas semillas?
       - Pero, si yo no las he tocado, contestó su pareja.
       -¿Por qué me mientes?, dijo el palomo aún más enfadado.
      -Te estoy diciendo la verdad, contestó la paloma llorando.
       Cada palabra que salía del pico de la paloma encendía más la cólera de su compañero. Y cuando la inocente paloma negó su culpa por tercera vez, él con su pico la golpeó haciéndola caer al suelo, lo que le causó la muerte instantánea.
      Los días calurosos pasaron y llegó el otoño, y con él, las lluvias. Un día el palomo fue a la despensa para ver el recipiente. Estaba tan lleno como el día que lo había dejado. Las semillas se habían hinchado por la humedad, recuperando el agua que habían perdido.
      El palomo se dio cuenta de lo ocurrido y lloró amargamente: "He destruido una vida a causa de mi falta de entendimiento y por unos insignificantes granos".

       Cuando el viejo sabio terminó su relato, el joven rey se quedó pensativo y luego dijo:
        -Es una fábula muy triste y demuestra una actitud totalmente insensata.
        -Tenéis razón, Majestad, contestó el anciano. Quien posee la sabiduría no debe apresurarse en impartir justicia, pues puede arrepentirse. Majestad, buscar algo que no se puede hallar, puede incluso hacernos perder lo que poseemos. Cómo paso al mono de la fábula.
      -¿Cómo es esa fábula?, preguntó el joven rey.
      El viejo sabio le hizo la reverencia y empezó a narrar su historia.

                                                        ******

Os deseo una muy buena semana y qué disfrutéis de los buenos momentos que el universo nos regala. Gracias por estar ahí y un abrazo.

UNA ORACIÓN PARA LA SEMANA. por "Anthony de Mello"

      Es costumbre entre los católicos confesar los pecados a un sacerdote y recibir de éste la absolución como un signo del perdón de Dios. Pero existe el peligro, demasiado frecuente, de que los penitentes hagan uso de ello como si fuese una especie de garantía o certificado que les vaya a librar del justo castigo divino, con lo cual confían más en la absolución del sacerdote que en la misericordia de Dios.

      He aquí lo que pensó hacer Perugini, un pintor italiano de la Edad Media, cuando estuviera a punto de morir: no recurrir a la confesión si veía que, movido por el miedo, trataba de salvar su piel, porque eso sería un sacrilegio y un insulto a Dios.

      Su mujer, que no sabía nada de la decisión del artista, le preguntó en cierta ocasión si no le daba miedo  morir sin confesión. Y Perugini le contestó: "Míralo de este modo, querida: mi profesión es la de pintor, y creo haber destacado como tal. La profesión de Dios consiste en perdonar; y si él es tan bueno en su profesión como lo he sido yo en la mía, no veo razón alguna para tener miedo".

                                                                ******

      Muy buenos días, siempre gracias por estar ahí y os deseo una muy buena semana. Un abrazo para tod@s.

viernes, 14 de abril de 2017

EL ARREPENTIMIENTO NO ES UNA TRAMPA. por "Anthony de Mello".

      En la cárcel real, es el guardián el que tiene la llave. Pero en la cárcel psicológica (cárceles en las que estamos metidos por nuestra programación), es el prisionero el que tiene la llave, pero lo malo es que no se da cuenta. ¡Ay de ti! si ves esto claro, porque irremediablemente vas a salir de tus prisiones psicológicas y vas a cambiar para llamar a las cosas, personas y situaciones por su nombre. Entonces ya no hay vuelta atrás. Te va a ser duro, pero más duro es vivir a ciegas, adormilados.

      Jesús insiste en la "Metanoia", en vivir la vida bien despiertos, sin perderse nada. El arrepentimiento es morir de verdad al pasado para instalarse en el presente mirándolo con ojos nuevos. El concepto de arrepentimiento, tal como nos lo explicaron, era como una trampa. Si no hubiese "arrepentimiento" quizá no hubiese pecado, porque mucha gente peca para arrepentirse. Es un juego psicológico con nosotros mismos en el que buscamos terminar el juego con el arrepentimiento. Es una forma de desahogarse emocionalmente y recibir aceptación, aprobación, con el perdón. Por eso, Metanoia no quiere decir estarse arrepintiendo una y otra vez, sino despertar a la verdad.

                                                                              ******

      Una luz para seguir dando los pasos del día a día sin temor a tropezarnos. Os deseo un muy buen fin de semana y qué disfrutéis de los buenos momentos que el universo nos regala. Un fuerte abrazo y hasta muy pronto.

UNA ORACIÓN PARA LA SEMANA, por "Anthony de Mello"

      Un pobre campesino que regresaba del mercado a altas horas de la noche descubrió de pronto que no llevaba consigo su libro de oraciones. Se hallaba en medio del bosque y se le había salido una rueda de su carreta, y el pobre hombre estaba muy afligido pensando que aquel día no iba a poder recitar sus oraciones.

      Entonces se le ocurrió orar del siguiente modo: "He cometido una verdadera estupidez, Señor: he salido de casa esta mañana sin mi libro de oraciones, y tengo tan poca memoria que no soy capaz de recitar sin él una sola oración. De manera que voy a hacer una cosa: voy a recitar cinco veces el alfabeto muy despacio, y tú, que conoces todas las oraciones, puedes juntar las letras y formar esas oraciones que yo soy incapaz de recordar".

      Y el Señor dijo a sus ángeles: "De todas las oraciones que he escuchado hoy, ésta ha sido, sin duda alguna, la mejor, porque ha brotado de un corazón sencillo y sincero".

                                                              ******

      Muy buenos días, siempre gracias por estar ahí, a continuación seguimos con el curso de autoliberación interior qué Anthony de Mello nos esta ofreciendo. Un bonito día para tod@s y un abrazo.

sábado, 8 de abril de 2017

EL LEÓN Y EL TORO. por " Nazanin Amirian"

           Quien se alegra de la desgracia ajena debe afrontar las consecuencias. Pero, ¡Qué pena que esa justicia rápida sólo se administra en las fábulas!
      -Es verdad, Majestad, contestó el anciano. Pero es mejor que la justicia se imparta con detenimiento y una vez que haya pruebas suficientes. Sino podemos cometer irreparables errores, como le ocurrió al león de la fábula.
      -¿Qué león?. preguntó el joven rey.
      El viejo sabio le hizo la reverencia y empezó a narrar su historia.

      Un día, el rey de las bestias oyó un temible ruido que venía de la pradera, un ruido que jamás había oído anteriormente en su vida. Su corazón se encogió de miedo y pensó en todo el mal que había hecho a los demás: "Quizás alguien ha venido a vengarse de mí".
      El chacal, sirviente del león, se dio cuenta de que algo le preocupaba a su amo, y se acercó para hablar con él.
      -¿Qué quieres, hijo?, preguntó el león.
      -Me apena veros tan aturdido. ¿Puedo saber lo que os pasa? Decídmelo y os ayudaré, aunque me cueste la vida, -respondió el chacal con un tono angustioso de voz.
      Mientras el chacal hablaba, el terrible ruido se volvió a oír desde la pradera. El rey se alegró de conocer la lealtad del chacal, aunque aquel monstruoso ruido le volvió a asustar. Frente a su sirviente pretendió guardar la compostura; por lo que en un tono disimulado le preguntó:
      -¿Has oído ese ruido? ¿Qué clase de criatura puede hacer un ruido tan espantoso? ¿Lo has visto?
     El chacal se dio cuenta qué preocupaba a su señor, y le contestó:
      -Es un barril vacío que hace grandes ruidos, Majestad. Pero, si eso os inquieta y os perturba la paz, permitidme ir a investigarlo.
      El león aceptó el ofrecimiento del chacal. Pero cuando éste se marchó, otra vez la inquietud volvió a dominar su corazón: "¿Y si el chacal se une a la terrible fiera en mi contra? Debo seguirle y ver con mis propios ojos a la bestia".
      Y siguió al chacal. Pero aún no había ido muy lejos cuando le vio regresar solo.
       -Bueno, cuéntame lo que has visto, dijo el rey.
       -Es un enorme toro, Majestad, respondió el chacal. Parece que ha venido hasta aquí en busca de pasto y ahora tiene nostalgia de su casa, y por eso llora.
      -¿Es fuerte?, siguió preguntando el león, no del todo convencido.
      -Es fuerte, pero tampoco hay que temerle -el chacal contestó con una sonrisa-. Estuve hablando con él y no me lastimó.
      -Eso no significa nada. El viento no lucha contra la hierba, pero rompe el tronco de los árboles, objetó el león, que no podía quitarse el miedo que embargaba su corazón. El chacal se dio cuenta del problema de su amo y replicó:
      -Si vos me autorizáis, voy a traerlo para que esté a vuestro servicio.
     El león aceptó la propuesta y el chacal volvió a la pradera donde estaba el toro. Desde lejos, y en voz muy alta le dijo:
      -Tienes el gran honor de ser invitado por el león para acudir a su corte real, ¡querido toro!
      El toro siguió comiendo hierba, y sin levantar la cabeza, le preguntó:
      -Y, ¿quién es el león?
     El león es el rey de las bestias y el gobernador de estas tierras. Él te ofrece su protección y también todo el pasto que hay en sus dominios -le contestó el chacal, asombrado de su ignorancia.
      El toro, moviendo su gran cuerpo despacito, despacito,entró en la corte del león. Éste, nada más verlo, le cogió cariño, pues parecía un animal noble. El rey de la selva le dio amparo y en poco tiempo le convirtió en su consejero. La sabiduría del toro muchas veces asombraba al león, quien de esta manera pasaba días y noches disfrutando de su compañía.
      El chacal estaba atormentado por los celos: "Yo introduje a ese gordo toro en la corte, y ahora el rey me ignora por su culpa. Pero esto no puede seguir así".
      Y no perdió mucho tiempo en preparar la revancha. Durante unos cuantos días dejó de ir al palacio, y eligió el momento adecuado para dirigirse al rey. Apareció en su camino como si fuera un encuentro casual, mostrando gran congoja en su rostro. El rey se dio cuenta de su estado de ánimo y le preguntó:
      -¿Qué te pasa, amigo? ¿por qué ya no vienes a la corte?
      -No puedo acudir a vuestra corte, mi Señor. Si lo hago, tendría que deciros lo que no le puedo contar, contestó el chacal mientras movía su cabeza.
      -¿Qué me intentas decir?, dijo el león muy sorprendido.
      -Es que vos estáis acostumbrado a oír dulces palabras y no las amargas verdades.
      -¿A qué verdad te refieres?, preguntó insistiendo el león. Te ordeno que me digas lo que sabes.
      -Si es una orden, no tengo otro remedio que decíroslo, contestó el chacal. Hay rumores que vuestro amigo y consejero, el toro, va diciendo por ahí que vos sois un cobarde; además, al parecer piensa en destronaros y proclamarse el rey de la selva.
      -No lo puedo creer, si le he tratado muy bien, murmuró el león.
      -Justo por eso, ¡Majestad! Pero, ¿por qué no lo comprobáis vos mismo? Permitidme ir y traerlo. Cuando venga, observadlo bien. Si sus cuernos están hacia abajo y los sacude, quiere decir que está en la posición de ataque. Ahora voy a buscarle.
      El león volvió a sentir el viejo tormento. "Y ¿si es verdad lo que dice el chacal?". Entretanto el malvado chacal corrió hacia el toro, llamándole desde lejos:
       -¡Amigo mío! Algo terrible ha ocurrido.
      El toro, sin levantar su cabeza, preguntó:
      -¿Sí? ¿Qué ha sucedido?
      -No sé cómo decírtelo, -dijo el chacal lamentándose-. Lo siento mucho. Reconozco que es culpa mía, pues yo te he traído a la corte del león, y ahora él quiere matarte.
      -Pero ¿por qué?, dijo el toro aturdido. Yo no he hecho nada que le pueda molestar.
      -Justamente por eso, amigo mío, contestó el chacal. Pero, ¿por qué no vas tú mismo ha comprobarlo? Vé y mira con mucha atención. Si está sentado sobre sus cuatro patas y mueve su rabo, deberías saber que está en la posición de ataque. Ahora me tengo que marchar.
      El toro se puso muy triste al escuchar las palabras del chacal. "Y ¿si todo esto es cierto?", pensó con temor. Pero, pasados unos minutos, recuperó su coraje: "No puedo creer que el león me odie, lo comprobaré con mis propios ojos". Y con el corazón apenado tomó el camino hacia la corte.
      El león le estaba esperando. Cuando vio al toro acercarse pensó:
      "¡Lleva su cabeza agachada!". Y cuando el toro vio sentado al león pensó: "Está moviendo su rabo y gruñe".
      Cuando el león vio que el toro se paró, convencido se dijo: "Se está preparando para atacarme". Y saltó sobre su amigo.
      Fue una batalla muy encarnizada. El león clavaba sus garras al cuello del toro y éste corneaba al león con sus afilados cuernos. Un gran río de sangre corría por el suelo. Por fin el león mató al toro. La furia le abandonó cuando miró el cuerpo de su amigo tirado en el suelo. Su corazón se llenó de tristeza. Reprochándose a sí mismo dijo:
      -¿Por qué no evité la pelea? ¿ Por qué no lo confronté antes de atacarlo? Nunca más tendré un amigo como él.
      -Claro que lo tendréis, -dijo el chacal, que esperaba el resultado del conflicto desde un lugar seguro-. ¡Mirad!, ese amigo está aquí.
      Y el león nombró su primer consejero al chacal.

      Cuando el viejo sabio terminó su relato, el joven rey se quedó pensativo y luego dijo:
      -Es una fábula que apena el corazón. No sabría decirte si el chacal debería ser recompensado por su inteligencia o castigado por su maldad.
      -Cierto, Majestad, contestó el anciano. Así es la vida. Pero, de sabios es evitar los enfrentamientos por cualquier medio. Las espadas se levantan cuando el razonamiento es corto. Es lo que pasó a la paloma de otra fábula.
      -¿Qué paloma?, preguntó el joven rey.
     El viejo sabio le hizo la reverencia y empezó a narrar su historia.

                                                                    ******

      Muy buenos días, muchas gracias por estar ahí y desearos un buen fin de semana qué disfrutéis de los buenos momentos que el universo nos regala, un abrazo y hasta muy pronto.

jueves, 6 de abril de 2017

UNA ORACION PARA LA SEMANA, por" Anthony de Mello"

      Un zapatero remendón acudió al rabino Isaac de Ger y le dijo: "No sé qué hacer con mi oración de la mañana. Mis clientes son personas pobres que no tienen más que un par de zapatos. Yo se los recojo a última hora del día y me paso la noche trabajando; al amanecer, aún me queda trabajo por hacer si quiero que todos ellos los tengan listos para ir a trabajar. Y mi pregunta es: ¿Qué debo hacer con mi oración de la mañana?".

      "¿Qué has venido haciendo hasta ahora?", preguntó el rabino.

      "Unas veces hago la oración a todo correr y vuelvo enseguida a mi trabajo; pero eso me hace sentirme mal. Otras veces dejo que se me pase la hora de la oración, y también entonces tengo la sensación de haber faltado; y de vez en cuando, al levantar el martillo para golpear un zapato, casi puedo escuchar cómo mi corazón suspira:
      "¡Qué desgraciado soy, pues no soy capaz de hacer mi oración de la mañana...!".

      Le respondió el rabino: "Si yo fuera Dios, apreciaría más ese suspiro que la oración".

                                                      ******

      Muy buenos días, desearos una muy buena mañana y con mucho, mucho ánimo. Seguimos con el cuentacuentos, un abrazo.