Las leyendas dan cuenta y razón de los motivos mismos de la existencia de los pueblos, de las tierras que los albergan y hasta de los fenómenos que determinan su presencia, explican sus orígenes y tratan de explicar el porqué remoto de los acontecimientos que configuraron su aparición. Intentan explicar las causas que intervinieron en la formación de la identidad, estructuran la historia, justifican los hábitos ancestrales aludiendo a los motivos que formaron parte de los orígenes de un colectivo, revelan- que no desvelan- su pasado y condicionan su moral y su forma de vivir, incluso al margen de los poderes que intentan en todo momento controlar el comportamiento de sus miembros.
Por Juan García Atienza, incansable investigador de nuestras raices.
Las insólitas formaciones rocosas que afloran en la montaña sagrada de Montserrat han permitido que la imaginación de los visitantes se abriera de par en par, identificando y dando sentido a tantos peñascos que, lo mismo que las nubes, parecen adoptar las más insólitas figuras y llegan a inspirar las más curiosas historias. Casi podría decirse que no hay peña en aquella montaña que no participe, directa o indirectamente, de una leyenda en la que intervienen, a partes iguales, lo fantástico y lo milagroso.
L,ENCANTAT.
Antes, mucho antes de que Nuestra Señora concentrase en su figura sagrada las devociones montserratinas, la montaña estaba ya habitada por hechiceras muy poderosas que tenían a su servicio a un terrible gigante que no dejaba pasar noche sin que saliera de su cueva e hiciera estragos entre los ganados y los corrales de los pueblos del contorno. Las malas brujas se aprovechaban de él y le obligaban a aquellas cacerías nocturnas porque se beneficiaban de sus saqueos, pero le habían advertido siempre que estuviera de regreso en su cueva de la montaña antes de la salida del sol, sopena de hacer que cayeran sobre él todos los castigos imaginables. Y el gigante, que en el fondo era tan tonto como grande y fuerte, siempre trató de cumplir fielmente con aquel compromiso adquirido con las hechiceras.
Pero los campesinos y pastores de los alrededores, calculando los horarios de sus incursiones, imaginaron que algo de este estilo debía suceder con el gigante, que nunca se dejaba ver de día y soló emprendía sus incursiones entre las sombras nocturnas. Por ello, trazaron un plan que ni siquiera sabían con certeza si podría ser eficaz, pero al que les obligaba la necesidad de defenderse. Poco a poco, cada día fueron alejando más y más sus ganados y sus animales de corral de la montaña, de manera que el gigantón tenía que apartarse de su refugio y alejarse cada noche unas leguas más para poder apoderarse de sus presas.
Y sucedió, efectivamente, que cierta vez le obligaron alejarse tanto de su guarida que, al regresar, comenzaba ya a despuntar el sol y su resplandor lo alcanzó de lleno justo en el momento en que se encontraba en la puerta de la cueva. Entonces, con un trueno terrible, se cumplió la amenaza de las brujas y el gigante quedó convertido en una enorme piedra entre las demás rocas del monte, cuyo aspecto le recordaba apenas vagamente.
Os deseo unas felices navidades y que vuestros sueños e ilusiones lleguen a buen puerto,
¡ HASTA LA SEMANA QUE VIENE!
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