jueves, 13 de septiembre de 2018

LA ESCALERA DE JACOB, por "Noah Ben Shea"

                                             COMPLETAR EL MUNDO

Cuando Jacob salió de la panadería, Rut le estaba esperando con una chispa de determinación en la mirada.
      -Estoy molesta con usted, Jacob -dijo Rut empleando muy poco tiempo en hacer su afirmación-. Jonás suele hablar de Dios como si fuera un hombre, y he observado que usted tiene la misma costumbre.
      -Cuando me refiero a Dios padre -respondió Jacob.
      -¿Pero es que acaso ve también a Dios como una mujer? -los ojos de Rut seguían apuntádole.
      -Cuando Ella me deja que La vea -replicó Jacob.
      -Oh -exclamó Rut medio riendo-. ¿Y la ve aquí? -preguntó señalando a los bosques de alrededor.
      -¿Por qué lo pregunta? ¿Me va a mostrar dónde no está Dios?
Rut seguía recelosa.
      -Sigo creyendo que está evitando mi pregunta.
      -Todos somos hijos de Dios -dijo Jacob-. Es una cuestión de lenguaje. No es un asunto espiritual. Somos una expresión de Dios y no hay que darle más vueltas.
      -Pero está claro que usted no duda en hablar de Él.
      -Yo no hablo de Él o de Ella -dijo Jacob-, porque no veo a Dios dividido en dos.
Rut se puso a pensar.
Jacob prosiguió con una voz más tierna que educativa:
      -Sabemos desde hace mucho tiempo que antes de nacer somos tanto varones como hembras, y después de nacer nos pasamos la vida intentando encontrar nuestro complemento. Esa búsqueda continúa en la actualidad. Todos estamos buscando no sólo nuestra pareja, sino también esa parte perdida en nuestro interior.
      -¿Y qué sucede cuando encontramos nuestra mitad perdida? -preguntó Rut.
Y Jacob, sosteniéndole la mirada, contestó:
      -Cuando encontramos nuestra otra mitad, completamos nuestro mundo.

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Qué disfrutéis de los buenos momentos que el universo nos regala, gracias siempre por estar ahí y os mando un abrazo. Hasta muy pronto!

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