SÓLO ES TONTO EL QUE SE CREE
DEMASIADO LISTO PARA TRABAJAR
Mientras Jacob estaba trabajando, un hombre de mediana edad entró en la panadería y, sin explicaciones de ningún tipo, se puso entre Jacob y Jonás.
-Jacob, se me ha presentado la ocasión de hacer algo de dinero, pero necesito un poco de suerte.
-Un sabio dijo una vez, "Cuanto más trabajo, más suerte tengo".
¿Y qué consigues tú trabajando tanto?
Jacob se puso a sacar moldes de pan del horno, se secó la frente con la manga, y dijo:
-Los sabios dicen que no hay mayor recompensa que el descanso de un hombre trabajador.
-Mira -dijo el hombre-. Sólo los tontos trabajan.
-No -respondió Jacob-, sólo es tonto el que se cree demasiado listo para trabajar.
CUANDO MIRAMOS A LOS DEMÁS,
NOS VEMOS A NOSOTROS MISMOS
Un montón de niños de la población vino a ver a Jacob después de la escuela. Se sentaron en los sacos de harina, entre bromas y risitas, a la espera de que hiciera una pausa en su trabajo. Uno de ellos señaló a Jonás y comentó algo entre cuchicheos a los demás. Jonás se dio cuenta de la llegada de otros niños, pero siguió cerca de Jacob. Cuando éste se acercó hasta la reunión, Jonás se quedó en la periferia, observando.
-Jacob -dijo una de las chicas afectadamente-, ¿tienes un nuevo ayudante?
-Os presento a Jonás -dijo Jacob mientras Jonás guardaba silencio con la mirada perdida en el suelo-. Y todos necesitamos ayuda -añadio Jacob.
-¿Y eso es porque te estás haciendo viejo, Jacob?
-preguntó uno de los chicos.
-Pedir ayuda no significa que uno se esté haciendo viejo -aclaró Jacob-, pero si que podría significar que uno es más sabio.
La gente mayor no lo puede hacer todo por sí misma -dijo otro muchacho.
-¿Acaso tú lo puedes hacer todo por ti mismo? -le preguntó Jacob.
-Yo soy joven y fuerte -se jactó el chico-. Puedo hacer lo que quiera
-Pero, si no existieran los demás -dijo Jacob -, ¿podrías acaso alardear de tu fuerza?
De manera que, cuando miramos a los demás, nos vemos a nosotros mismos -dijo una pequeña.
-Sí -respondió Jacob-, y a veces sucede que lo único que resulta más desfavorecedor que un mal espejo es uno bueno.
******
La vida entera es una escuela de experiencia que se dirige hacia una sola meta: hacia Dios.
Paramahansa Yogananda.
******
Desearos un buen terminó de semana y un fin de semana muy muy bonito disfrutando de los buenos momentos que el universo nos regala, siempre gracias por estar ahí y un fuerte abrazo.
jueves, 26 de abril de 2018
miércoles, 25 de abril de 2018
UNA ORACIÖN PARA LA SEMANA, por "Anthony de Mello"
Un día, el mullah Nasrudin observó cómo el maestro del pueblo conducía a un grupo de niños hacia la mezquita.
¿Para qué los llevas allí?, le preguntó
"La sequía está azotando al país", le respondió el maestro.
"y confiamos en que el clamor de los inocentes mueva el corazón del Todopoderoso".
"Lo importante no es el clamor, ya sea de inocentes o de criminales", dijo el mullah, "sino la sabiduría y el conocimiento".
¿Cómo te atreves a blasfemar de ese modo delante de estos niños?, le recriminó el maestro. Deberás probar lo que has dicho, o te acusaré de hereje!
"Nada más fácil", replicó Nasrudin. "Si las oraciones de los niños sirvieran de algo, no habría un maestro de escuela en todo el país, porque no hay nada que detesten tanto los niños como ir a la escuela. Si tú has sobrevivido a tales oraciones, es porque nosotros, qué sabemos más que los niños, te hemos mantenido en tu puesto".
******
Muy buenos días, gracias por estar ahí y quiero desearos lo mejor de hoy. Un abrazo mañanero.
¿Para qué los llevas allí?, le preguntó
"La sequía está azotando al país", le respondió el maestro.
"y confiamos en que el clamor de los inocentes mueva el corazón del Todopoderoso".
"Lo importante no es el clamor, ya sea de inocentes o de criminales", dijo el mullah, "sino la sabiduría y el conocimiento".
¿Cómo te atreves a blasfemar de ese modo delante de estos niños?, le recriminó el maestro. Deberás probar lo que has dicho, o te acusaré de hereje!
"Nada más fácil", replicó Nasrudin. "Si las oraciones de los niños sirvieran de algo, no habría un maestro de escuela en todo el país, porque no hay nada que detesten tanto los niños como ir a la escuela. Si tú has sobrevivido a tales oraciones, es porque nosotros, qué sabemos más que los niños, te hemos mantenido en tu puesto".
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Muy buenos días, gracias por estar ahí y quiero desearos lo mejor de hoy. Un abrazo mañanero.
martes, 17 de abril de 2018
LA ESCALERA DE JACOB, por "Noah Ben Shea"
NO HAY NADA TAN VIEJO
COMO UNA NUEVA IDEA
Jonás iba detrás de Jacob por la panadería. Al muchacho le interesaba todo, y su curiosidad venía seguida por sus acciones. Jacob se vio obligado a recordarle repetidamente al chico dónde debía tener cuidado, qué es lo que no tenía que tocar y qué cosas estaban demasiado calientes.
-Jacob, me estás tratando como a un bebé -dijo Jonás.
¿En lugar de como al hombre adulto que eres?
-preguntó Jacob bromeando.
Soy mayor de lo que tú te crees -dijo el muchacho adoptando una pose que le hiciera parecer más alto.
-Ya veo -dijo Jacob monótonamente.
Jacob volvió a sus labores panaderas, y Jonás se unió a él. Cuando pusieron la última bandeja de hogazas en el carrusel de bastidores del horno, Jonás dijo:
-Mi abuelo solía decir, "Todo trabajo es sagrado".
-Sí -dijo Jacob-, y todos tenemos diferentes trabajos.
¿Y cuál es el de este jovencito en mi panadería?
-preguntó Samuel señalando al muchacho y anunciando así su presencia.
-Se puede quedar con el mío -gruñó Max mientras entraba cargado de moldes por la puerta.
-Jonás es el nieto de Ezra -dijo Jacob-, el Mayor del Consejo de Sabios, que quizás descanse en paz.
Jacob se detuvo un instante para ver las consecuencias que pudiera provocar su afirmación.
-Ohhh -exclamó de nuevo Samuel con la mirada perdida más allá de Jacob y Jonás, todavía confuso.
-El hombre de la boca abierta -dijo Max señalando a Samuel - es Samuel. Es el dueño de la panadería, y...-Max tiró de la camisa de Samuel haciéndole adelantarse- es un gran admirador de tu abuelo. Yo soy Max.
-¿Y qué pasa con la escuela? -le preguntó vacilante Samuel a Jonás.
¡Me enseñara Jacob! -dijo Jonás.
-Y yo aprenderé de ti -concluyó la idea Jacob.
Observando a su viejo amigo, Samuel, afectadamente, dijo:
Puede que termines aprendiendo más de lo que tú te crees.
-Aprender es un sendero, no un destino -dijo Jacob.
-Bueno, pues entonces...-Samuel se dirigió a Max -¡a trabajar!
Los dos sois sabios -dijo Max señalando a Jacob y a Jonás -. Pero él- dijo, indicando ahora con la cabeza a Samuel-, a él le entiendo.
******
El amor es el océano de la unidad eterna, donde los serpenteantes ríos de todas las pequeñas vidas se funden en la resplandeciente inmensidad del inmortal y bienaventurado Espíritu.
Paramahansa Yogananda.
Qué disfrutéis de los buenos momentos que el universo nos regala, gracias siempre por estar ahí y un abrazo, hasta muy pronto.
COMO UNA NUEVA IDEA
Jonás iba detrás de Jacob por la panadería. Al muchacho le interesaba todo, y su curiosidad venía seguida por sus acciones. Jacob se vio obligado a recordarle repetidamente al chico dónde debía tener cuidado, qué es lo que no tenía que tocar y qué cosas estaban demasiado calientes.
-Jacob, me estás tratando como a un bebé -dijo Jonás.
¿En lugar de como al hombre adulto que eres?
-preguntó Jacob bromeando.
Soy mayor de lo que tú te crees -dijo el muchacho adoptando una pose que le hiciera parecer más alto.
-Ya veo -dijo Jacob monótonamente.
Jacob volvió a sus labores panaderas, y Jonás se unió a él. Cuando pusieron la última bandeja de hogazas en el carrusel de bastidores del horno, Jonás dijo:
-Mi abuelo solía decir, "Todo trabajo es sagrado".
-Sí -dijo Jacob-, y todos tenemos diferentes trabajos.
¿Y cuál es el de este jovencito en mi panadería?
-preguntó Samuel señalando al muchacho y anunciando así su presencia.
-Se puede quedar con el mío -gruñó Max mientras entraba cargado de moldes por la puerta.
-Jonás es el nieto de Ezra -dijo Jacob-, el Mayor del Consejo de Sabios, que quizás descanse en paz.
Jacob se detuvo un instante para ver las consecuencias que pudiera provocar su afirmación.
-Ohhh -exclamó de nuevo Samuel con la mirada perdida más allá de Jacob y Jonás, todavía confuso.
-El hombre de la boca abierta -dijo Max señalando a Samuel - es Samuel. Es el dueño de la panadería, y...-Max tiró de la camisa de Samuel haciéndole adelantarse- es un gran admirador de tu abuelo. Yo soy Max.
-¿Y qué pasa con la escuela? -le preguntó vacilante Samuel a Jonás.
¡Me enseñara Jacob! -dijo Jonás.
-Y yo aprenderé de ti -concluyó la idea Jacob.
Observando a su viejo amigo, Samuel, afectadamente, dijo:
Puede que termines aprendiendo más de lo que tú te crees.
-Aprender es un sendero, no un destino -dijo Jacob.
-Bueno, pues entonces...-Samuel se dirigió a Max -¡a trabajar!
Los dos sois sabios -dijo Max señalando a Jacob y a Jonás -. Pero él- dijo, indicando ahora con la cabeza a Samuel-, a él le entiendo.
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El amor es el océano de la unidad eterna, donde los serpenteantes ríos de todas las pequeñas vidas se funden en la resplandeciente inmensidad del inmortal y bienaventurado Espíritu.
Paramahansa Yogananda.
Qué disfrutéis de los buenos momentos que el universo nos regala, gracias siempre por estar ahí y un abrazo, hasta muy pronto.
UNA ORACIÓN PARA LA SEMANA, por "Anthony de Mello"
NO ES BUENO QUE NUESTRAS ORACIONES SEAN ESCUCHADAS
SI NO LO SON EN SU DEBIDO MOMENTO:
En la antigua India se concedía mucha importancia a los ritos védicos, de los que se decía que funcionaban tan "científicamente" que, cuando los sabios pedían la lluvia, jamás se producía una sequía. Así es que, conforme a dichos ritos, un hombre se puso a rezarle a Lakshmi, la diosa de la abundancia, para que le hiciera rico.
Estuvo orando sin éxito durante diez largos años, al cabo de los cuales comprendió de pronto la naturaleza ilusoria de la riqueza y abrazó una vida de renuncia en el Himalaya.
Un buen día, mientras se hallaba sentado y entregado a la meditación, abrió sus ojos y vio ante sí a una mujer extraordinariamente hermosa, tan radiante y resplandeciente como si fuera de oro.
¿Quién eres tú y qué haces aquí?, le preguntó.
"Soy la diosa Lakshmi, a la que has estado rezando himnos durante doce años", le respondió la mujer, "y he decidido aparecerme ante ti para concederte tu deseo".
"¡Ah, mi querida diosa!", exclamó el hombre, "ahora ya he adquirido la dicha de la meditación y he perdido el deseo de las riquezas. Llegas demasiado tarde...Pero dime, ¿por qué has tardado tanto en venir?
Para serte sincera, respondió la diosa, "dada la fidelidad con que realizabas aquellos ritos, habrías acabado consiguiendo la riqueza, sin duda alguna. Pero, como te amaba y sólo deseaba tu bienestar, me resistí a concedértelo".
Si pudieras elegir, ¿qué elegirías:
que se te concediera lo que pides
o la gracia de vivir en paz,
aunque no la hubieras pedido?
******
Muy buenos y felices días, desearos lo mejor de los momentos de esté día, gracias siempre por estar ahí y un abrazo.
SI NO LO SON EN SU DEBIDO MOMENTO:
En la antigua India se concedía mucha importancia a los ritos védicos, de los que se decía que funcionaban tan "científicamente" que, cuando los sabios pedían la lluvia, jamás se producía una sequía. Así es que, conforme a dichos ritos, un hombre se puso a rezarle a Lakshmi, la diosa de la abundancia, para que le hiciera rico.
Estuvo orando sin éxito durante diez largos años, al cabo de los cuales comprendió de pronto la naturaleza ilusoria de la riqueza y abrazó una vida de renuncia en el Himalaya.
Un buen día, mientras se hallaba sentado y entregado a la meditación, abrió sus ojos y vio ante sí a una mujer extraordinariamente hermosa, tan radiante y resplandeciente como si fuera de oro.
¿Quién eres tú y qué haces aquí?, le preguntó.
"Soy la diosa Lakshmi, a la que has estado rezando himnos durante doce años", le respondió la mujer, "y he decidido aparecerme ante ti para concederte tu deseo".
"¡Ah, mi querida diosa!", exclamó el hombre, "ahora ya he adquirido la dicha de la meditación y he perdido el deseo de las riquezas. Llegas demasiado tarde...Pero dime, ¿por qué has tardado tanto en venir?
Para serte sincera, respondió la diosa, "dada la fidelidad con que realizabas aquellos ritos, habrías acabado consiguiendo la riqueza, sin duda alguna. Pero, como te amaba y sólo deseaba tu bienestar, me resistí a concedértelo".
Si pudieras elegir, ¿qué elegirías:
que se te concediera lo que pides
o la gracia de vivir en paz,
aunque no la hubieras pedido?
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Muy buenos y felices días, desearos lo mejor de los momentos de esté día, gracias siempre por estar ahí y un abrazo.
jueves, 12 de abril de 2018
LA ESCALERA DE JACOB, por " Noah Ben Shea".
NACEMOS APRENDIENDO
Y MORIMOS TONTOS
Al llegar a la puerta trasera de la panadería, Jacob se detuvo.
Aquí es donde yo conocí a tu abuelo -dijo Jacob señalando los escalones que había a los pies de la plataforma de descarga.
Me contó muchas veces la historia -comentó Jonás con una voz entre los límites del recuerdo y la vulnerabilidad.
Sí, pero, ¿te habló de las palomas?
Antes de que Jonás pudiera responder, Jacob sacó un puñado de migajas de pan de su bolsillo y las esparció sobre los hombros del muchacho.
Un montón de gorriones y palomas elevaron el vuelo desde el tejado de la panadería y rodearon a Jonás, y en unos momentos, aleteando sobre sus hombros, limpiaron de migajas su abrigo.
¡He sentido en la cara el aire que hacían con sus alas! -exclamó sorprendido mientras observaba cómo volvían las aves al tejado.
Quizás eran los ángeles que se te han asignado para echarte el ojo encima.
¿Eres tú un ángel, Jacob?
-No lo sé -dijo Jacob deteniéndose -. A lo mejor eres tú el ángel, y estás aquí para echarme un vistazo a mí.
El muchacho sonrió ante la idea.
Lo que sé es que, para ver ángeles, tenemos que mirar con el corazón -dijo Jacob -. Ama, y los demás verán un ángel en ti.
Y se volvió para abrir la puerta.
Jonás tiró de la manga de Jacob para que se volviera.
-Jacob -dijo-, Prometo que intentaré no estar triste.
-Simplemente, no estés triste por estar triste -dijo Jacob-. La tristeza y la alegría no son más que olas en nuestro mar. Observa cómo se elevan y cómo caen en tu vida.
Jonás se quedó mirando a Jacob sin parpadear.
-Jacob, ¿alguna vez has estado triste?
-Con el tiempo -respondió Jacob -, todas las olas llegan hasta la orilla.
******
Os deseo un bonito y feliz día, disfrutar de los buenos momentos que el universo nos regala y siempre gracias por estar ahí, un abrazo y nos vemos muy pronto.
Y MORIMOS TONTOS
Al llegar a la puerta trasera de la panadería, Jacob se detuvo.
Aquí es donde yo conocí a tu abuelo -dijo Jacob señalando los escalones que había a los pies de la plataforma de descarga.
Me contó muchas veces la historia -comentó Jonás con una voz entre los límites del recuerdo y la vulnerabilidad.
Sí, pero, ¿te habló de las palomas?
Antes de que Jonás pudiera responder, Jacob sacó un puñado de migajas de pan de su bolsillo y las esparció sobre los hombros del muchacho.
Un montón de gorriones y palomas elevaron el vuelo desde el tejado de la panadería y rodearon a Jonás, y en unos momentos, aleteando sobre sus hombros, limpiaron de migajas su abrigo.
¡He sentido en la cara el aire que hacían con sus alas! -exclamó sorprendido mientras observaba cómo volvían las aves al tejado.
Quizás eran los ángeles que se te han asignado para echarte el ojo encima.
¿Eres tú un ángel, Jacob?
-No lo sé -dijo Jacob deteniéndose -. A lo mejor eres tú el ángel, y estás aquí para echarme un vistazo a mí.
El muchacho sonrió ante la idea.
Lo que sé es que, para ver ángeles, tenemos que mirar con el corazón -dijo Jacob -. Ama, y los demás verán un ángel en ti.
Y se volvió para abrir la puerta.
Jonás tiró de la manga de Jacob para que se volviera.
-Jacob -dijo-, Prometo que intentaré no estar triste.
-Simplemente, no estés triste por estar triste -dijo Jacob-. La tristeza y la alegría no son más que olas en nuestro mar. Observa cómo se elevan y cómo caen en tu vida.
Jonás se quedó mirando a Jacob sin parpadear.
-Jacob, ¿alguna vez has estado triste?
-Con el tiempo -respondió Jacob -, todas las olas llegan hasta la orilla.
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Os deseo un bonito y feliz día, disfrutar de los buenos momentos que el universo nos regala y siempre gracias por estar ahí, un abrazo y nos vemos muy pronto.
UNA ORACIÓN PARA LA SEMANA, por "Anthony deMello"
El sabio indio Narada era un devoto del Señor Hari. Tan grande era su devoción que un día sintió la tentación de pensar que no había nadie en todo el mundo que amara a Dios más que él.
El Señor leyó en su corazón y le dijo: "Narada, ve a la ciudad que hay a orillas del Ganges y busca a un devoto mío que vive allí. Te vendrá bien vivir en su compañía".
Así lo hizo Narada, y se encontró con un labrador que todos los días se levantaba muy temprano, pronunciaba el nombre de Hari una sola vez, tomaba su arado y se iba al campo, donde trabajaba durante toda la jornada. Por la noche, justo antes de dormirse, pronunciaba otra vez el nombre de Hari. Y Narada pensó: ¿Cómo puede ser un devoto de Dios este patán, que se pasa el día enfrascado en sus ocupaciones terrenales?.
Entonces el Señor le dijo a Narada: "Toma un cuenco, llénalo de leche hasta el borde y paséate con él por la ciudad. Luego vuelve aquí sin haber derramado una sola gota".
Narada hizo lo que se le había ordenado.
¿Cuántas veces te has acordado de mí mientras paseabas por la ciudad?, le preguntó el Señor.
"Ni una sola vez, Señor", respondió Narada ¿Cómo podía hacerlo si tenía que estar pendiente del cuenco de leche?
Y el Señor le dijo: "Ese cuenco ha absorbido tu atención de tal manera que me has olvidado por completo. Pero fíjate en ese campesino, que, a pesar de tener que cuidar de toda una familia, se acuerda de mí dos veces al día".
******
Muy buenos día, hace un bonito día, gracias siempre por estar ahí y qué disfrutéis del momento,
El Señor leyó en su corazón y le dijo: "Narada, ve a la ciudad que hay a orillas del Ganges y busca a un devoto mío que vive allí. Te vendrá bien vivir en su compañía".
Así lo hizo Narada, y se encontró con un labrador que todos los días se levantaba muy temprano, pronunciaba el nombre de Hari una sola vez, tomaba su arado y se iba al campo, donde trabajaba durante toda la jornada. Por la noche, justo antes de dormirse, pronunciaba otra vez el nombre de Hari. Y Narada pensó: ¿Cómo puede ser un devoto de Dios este patán, que se pasa el día enfrascado en sus ocupaciones terrenales?.
Entonces el Señor le dijo a Narada: "Toma un cuenco, llénalo de leche hasta el borde y paséate con él por la ciudad. Luego vuelve aquí sin haber derramado una sola gota".
Narada hizo lo que se le había ordenado.
¿Cuántas veces te has acordado de mí mientras paseabas por la ciudad?, le preguntó el Señor.
"Ni una sola vez, Señor", respondió Narada ¿Cómo podía hacerlo si tenía que estar pendiente del cuenco de leche?
Y el Señor le dijo: "Ese cuenco ha absorbido tu atención de tal manera que me has olvidado por completo. Pero fíjate en ese campesino, que, a pesar de tener que cuidar de toda una familia, se acuerda de mí dos veces al día".
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Muy buenos día, hace un bonito día, gracias siempre por estar ahí y qué disfrutéis del momento,
jueves, 5 de abril de 2018
LA ESCALERA DE JACOB,por "Noah Ben Shea"
LO QUE NO SE HA DICHO TAMBIÉN SE ESCUCHA.
El único sonido que acompañaba a Jacob y a Jonás en su camino a la panadería era el crujido de la nieve debajo de sus botas.
-Jacob -dijo Jonás-, ¿te importa si te hago una pregunta?
-Ese fue nuestro acuerdo -dijo Jacob.
¿Tus padres viven todavía?
Más que hacer una pregunta había arrojado la pregunta.
-Aquí dentro -dijo Jacob tocándose el corazón.
¿Cuándo murieron?
Hace mucho tiempo.
-¿Y tus padres? -preguntó a su vez Jacob- .¿Cuándo fallecieron?
-El invierno pasado -dijo Jonás rehuyendo la mirada de Jacob-. Una terrible enfermedad asoló nuestro pueblo. Yo también estuve a punto de morir. A veces deseo que hubiera sido así.
-¿Por qué?- preguntó Jacob.
-Así ya no estaría solo- respondió el muchacho.
-Pero ya no estás solo- le rectifico Jacob.
-No, supongo que no- contestó Jonás, pero su voz no mostraba ninguna convicción.
-Hay veces en que las personas a las que amamos se van- dijo Jacob cerrando los ojos-, pero de alguna forma siguen con nosotros.
******
Siempre hace falta una luz para nuestro caminar en el día a día, disfrutar de los buenos momentos que el universo nos regala, gracias siempre por estar ahí y un abrazo. Feliz semana.
El único sonido que acompañaba a Jacob y a Jonás en su camino a la panadería era el crujido de la nieve debajo de sus botas.
-Jacob -dijo Jonás-, ¿te importa si te hago una pregunta?
-Ese fue nuestro acuerdo -dijo Jacob.
¿Tus padres viven todavía?
Más que hacer una pregunta había arrojado la pregunta.
-Aquí dentro -dijo Jacob tocándose el corazón.
¿Cuándo murieron?
Hace mucho tiempo.
-¿Y tus padres? -preguntó a su vez Jacob- .¿Cuándo fallecieron?
-El invierno pasado -dijo Jonás rehuyendo la mirada de Jacob-. Una terrible enfermedad asoló nuestro pueblo. Yo también estuve a punto de morir. A veces deseo que hubiera sido así.
-¿Por qué?- preguntó Jacob.
-Así ya no estaría solo- respondió el muchacho.
-Pero ya no estás solo- le rectifico Jacob.
-No, supongo que no- contestó Jonás, pero su voz no mostraba ninguna convicción.
-Hay veces en que las personas a las que amamos se van- dijo Jacob cerrando los ojos-, pero de alguna forma siguen con nosotros.
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Siempre hace falta una luz para nuestro caminar en el día a día, disfrutar de los buenos momentos que el universo nos regala, gracias siempre por estar ahí y un abrazo. Feliz semana.
miércoles, 4 de abril de 2018
UNA ORACIÓN PARA LA SEMANA, por "Anthony de Mello"
CADA VEZ QUE HAGAS ALGO, PREGÚNTATE SI LO EMPRENDES MOTIVADO POR LO QUE LOS DEMÁS PENSARÁN DE TI, O PORQUE SIGUES TU SABIO DISCERNIMIENTO.
Paramanhansa Yogananda.
El Mullah Nasrudin sentía un amor tan apasionado por la verdad que viajaba a los más remotos lugares en busca de expertos en el Corán, y no tenía ningún reparo en enzarzarse en discusiones acerca de las verdades de su fe con los infieles con quienes se topaba en el bazar.
Un día, su mujer le recriminó lo mal que la trataba...¡y descubrió que su marido no tenía el menor interés en aquella clase de Verdad!
Y, sin embargo, es ésta la única clase de verdad que importa. De hecho, nuestro mundo sería muy diferente si aquellos de nosotros que somos expertos o ideólogos, ya sea en lo religioso o en lo secular, sintiéramos por el auto- conocimiento la misma pasión que manifestamos por nuestras teorías y dogmas.
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Muy buenos y feliz día, muchas gracias por estar ahí y os mando un abrazo, Gracias.
Paramanhansa Yogananda.
El Mullah Nasrudin sentía un amor tan apasionado por la verdad que viajaba a los más remotos lugares en busca de expertos en el Corán, y no tenía ningún reparo en enzarzarse en discusiones acerca de las verdades de su fe con los infieles con quienes se topaba en el bazar.
Un día, su mujer le recriminó lo mal que la trataba...¡y descubrió que su marido no tenía el menor interés en aquella clase de Verdad!
Y, sin embargo, es ésta la única clase de verdad que importa. De hecho, nuestro mundo sería muy diferente si aquellos de nosotros que somos expertos o ideólogos, ya sea en lo religioso o en lo secular, sintiéramos por el auto- conocimiento la misma pasión que manifestamos por nuestras teorías y dogmas.
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Muy buenos y feliz día, muchas gracias por estar ahí y os mando un abrazo, Gracias.
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