Nim Hakim era un hombre sin ninguna distinción especial. Un día, pasaba caminando al lado de una casa cuando unas personas le llamaron.
-Por favor, entra -le dijeron- y examina a nuestra señora, pues se encuentra enferma.
-Por qué yo? -preguntó Nim Hakim.
-Porque hace mucho tiempo un hombre sabio vaticinó su enfermedad y dijo: "Cuando se encuentre enferma, soló podrá ser curada por el color blanco, a cinco pies del suelo". Mientras buscábamos algo así, te vimos con un sombrero blanco, y como mides aproximadamente cinco pies queremos utilizar tu sombrero.
"Qué extraño!", pensó Nim Hakim, pero entró en la casa y permaneció al pie del lecho de la dama.
Al poco tiempo y de modo inequívoco, la señora se incorporó. Se sentía bastante mejor. "Soy un doctor natural", pensó Nim Hakim. Se había olvidado de que él era tan sólo un instrumento. Esto desató una extraña serie de acontecimientos. Nim decidió que su vida como estudiante era una pérdida de tiempo. Saldría al mundo y dejaría su huella. Se dirigió al panadero y le pidió que le hornease una barra de pan para sus viajes. Después emprendió el camino.
Al poco tiempo llegó a un país donde nadie le conocía, y pronto descubrió que la gente tenía un problema. Cierto elefante solía devastar la zona regularmente y pisoteaba a la gente hasta matarla.
-Tengo una cura para todos los males- les dijo Nim Hakim.
Se quedó allí aguardando al elefante. Muy pronto, el paquidermo se acercó con gran estruendo atravesando las calles de la capital. Todo el mundo salió corriendo, y lo mismo hizo Nim Hakim al darse cuenta de que esto era muy diferente a estar al pie de la cama de un enfermo. Pero el elefante le alcanzó, le tumbó y empezó a comerse su pan.
Mientras Nim Hakim yacía en el suelo aturdido, el elefante empezó a tambalearse y la gente salió de sus casas para ver qué es lo que estaba ocurriendo a su adalid. Salieron justo a tiempo de ver cómo el elefante se desplomaba y moría. Entonces llevaron a Nim Hakim triunfalmente hasta su rey. Lo que no sabían es que el panadero, que odiaba a Nim Hakim por sus aires de superioridad y porque además le debía una gran suma de dinero, había puesto en el pan suficiente veneno para matar a un elefante.
El rey, lleno de alegría por la liberación de su gente, le dio a Nim Hakim el nombre de Nim Mullah. Hakim significa "doctor", pero Mullah significa "maestro", y sin duda lo que Nim había hecho era una proeza digna de tal título.
-Me podéis llamar maestro si queréis- dijo Nim de modo altanero-, pero lo que pido es ser recompensado con el mando de todas vuestras tropas.
De hecho, las tropas del rey se habían dado con frecuencia a la fuga ante el mismo elefante. En parte por temor, en parte por admiración, y también por el deseo de contar con un hombre tan formidable a su servicio, el rey lo nombró Mariscal de los ejércitos Nim Mullah, y éste fue su título completo.
Pasaron los años y Nim empleó su tiempo aireando su propia importancia, y asegurándose de que aquellos que conocían su hazaña la transmitiesen. Muchísimos intentaron emularlo, pero fracasaron cuando miraron a gente enferma o intentaron matar elefantes en estampida
-Seguid intentándolo- decía Nim.
Pero el fracaso de sus seguidores, así como su propio éxito.sólo servían para probar que de algún modo él era un hombre superior. Al menos eso es lo que pensaban todos los interesados. Al no haber nadie que mantuviese una opinión distinta respecto al asunto, Nim quedó firmemente asentado en su papel.
Un día, entró en el país un tigre devorador de hombres. Cada cierto tiempo entraba en las aldeas y se llevaba a sus víctimas, hasta que la gente llamó a su héroe, el gran Mariscal de los Ejércitos Nim Mullah, para que los salvase.
Al frente del mayor ejército que el país había visto nunca, el mariscal Nim marchó contra el tigre. Finalmente, los exploradores localizaron al devorador de hombres. Como era habitual, las tropas huyeron en todas direcciones dejando a su líder completamente solo para que se enfrentara a la amenaza. Después de todo, se dijeron unos a otros, él era una especie de superhombre y era su deber, y no el de ellos, hacer ese tipo de cosas.
Cuando vio al tigre con sus propios ojos, Nim quedó aterrorizado y trepó al árbol más alto. El tigre se plantó debajo, acechándole. El asedio se prolongó varios días. Todas las noches la fiera rugía y Nim temblaba, y ambos tenían cada vez más hambre.
Tras una semana, el tigre rugió más fuerte que nunca y Nim, debilitado por la fatiga y el hambre, tembló como un flan. Este movimiento hizo que la daga de Nim se escurriese de su cinturón. Y he aquí que cayó justo cuando el tigre abría su boca para rugir de nuevo, la daga se hundió en la garganta del animal, matándolo al instante.
Al cabo de un rato, Nim se dio cuenta de lo que había ocurrido, "Sin duda alguna, soy el instrumento especial del destino, y por tanto soy el ser humano más importante que existe sobre la faz de la tierra", pensó. Bajando de las ramas, volvió al palacio del rey con las orejas del tigre, e inmediatamente se le proclamó gran campeón del reino.
No había pasado mucho tiempo, cuando el gran campeón tuvo noticias de que el ejército de un país vecino estaba invadiendo su tierra adoptiva. A pesar de los milagros que le habían protegido en el pasado, esta vez Nim se asustó. Esa misma noche reunió toda la cubertería de oro y plata que pudo encontrar, montó un caballo veloz y se alejo cabalgando, tratando de poner entre el enemigo y él tanta distancia como fuera posible antes del alba.
Cuando aún estaba bastante cerca del campamento enemigo, su caballo tropezó en la oscuridad. La preciada cubertería cayó estrepitosamente sobre unas rocas. Los soldados enemigos pensaron que les estaban atacando, se lanzaron a las armas y comenzaron a luchar entre sí. La batalla fue tan feroz que todos murieron.
Nim estaba escondido detrás de unas rocas, demasiado paralizado por el miedo para huir, cuando los exploradores de ejército del rey le encontraron y le condujeron en triunfante regreso a la sala del trono.
No hubo más crisis durante el resto de su vida y vivió hasta una edad muy avanzada. Por esto se pueden escuchar tantas historias acerca de Gran Nim, que realizó milagros y nunca fue derrotado. Aunque lo ignoren, cada las naciones cuentan, en su lejano y romántico pasado, con su propio Nim, aunque tenga otro nombre.
FIN.
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Desearos una muy buena semana, muchas gracias por estar ahí y nos vemos muy prontito, Un abrazo.
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