LA ESCALERA DE JACOB
Una lluvia pesada comenzó a caer en mitad de la noche y, después de varias horas, el cansado techo de la casa de Jacob comenzó a tener goteras.
-Jacob -dijo Jonás-. Me voy a subir a la escalera y voy a tapar las goteras del tejado.
Yo aguantaré la escalera -dijo Jacob siguiendo a Jonás mientras salía de la casa.
Cuando estuvieron fuera la tormenta se estaba retirando. Una luna brillante asomaba a través de las nubes que huían. Jacob se aferró a los pies de la escalera mientras Jonás subía. Cuando llegó arriba desapareció en el tejado, mientras Jacob esperaba, confiado en que Jonás volvería en cualquier momento.
-¿Va todo bien? -gritó Jacob.
-Sí, estoy bien, y si vuelve la lluvia creo que nos mantendremos secos -dijo Jonás y, asomando por el borde del tejado, añadió-. Hay una vista increíble desde aquí.
-A menudo, el que hace que una vista sea increíble es el espectador -dijo Jacob subiendo a la escalera -.
Espera, que voy a reunirme contigo.
-¡Ten cuidado! -dijo Jonás.
Jacob se puso a subir, llevando cuidado con los pies a medida que enlazaba peldaños. Cuando llegó arriba, se detuvo.
Jonás estaba sentado en el tejado, observando el cielo que, rápidamente, se aclaraba.
-Es como si la lluvia hubiera limpiado las estrellas.
-Quzás es la forma en que Dios le da un baño al mundo -dijo Jacob.
¿Crees que fue en una noche como ésta que Jacob, en la Biblia, vio ángeles en la escalera del cielo? -preguntó Jonás.
El mismo cielo -respondió Jacob.
-Supongo que la diferencia está en que Jacob estaba en medio del desierto -dijo Jonás.
-Hay veces en que uno se siente solo y en el desierto cuando está rodeado de gente -afirmó Jacob.
-Sí -dijo Jonás -, Pero Jacob estaba solo.
-Jacob nada más pensaba que estaba solo.
¿Porque estaba acompañado por ángeles?
-Porque estaba acompañado por Dios. Los ángeles sólo eran mensajeros.
¿Y cuál era el mensaje?
- El mensaje era que entre el cielo y la tierra hay una escalera -contestó Jacob.
Jacob se puso a bajar, mientras Jonás se ponía de pie y se acercaba a la escalera. A mitad de camino, los dos se detuvieron y miraron hacia arriba. La luna les envolvía en un canal de luz.
-¿Y qué hay de los ángeles? -preguntó Jonás volviendo a mirar a las estrellas-. ¿Dónde están?
-Los ángeles somos los que utilizamos la escalera -dijo Jacob.
Jonás se volvió hacia Jacob.
-¿Pero los ángeles no bajaban y subían por la escalera?
-Sí -dijo el panadero-. Esa es la escalera de Jacob.
No sólo nos conecta al cielo, sino que también trae el cielo a la tierra.
-Entonces, el amor es también una escalera -dijo Jonás.
Y Jacob, poniendo el pie en el suelo, dijo:
-Sin amor no podemos escalar hasta fuera de nosotros mismos.
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Una luz para nuestro día a día, qué disfrutéis de los buenos momentos que el universo nos regala, gracias siempre por estar ahí y un abrazo.
domingo, 18 de noviembre de 2018
DESTELLOS DE INSPIRACIÓN, por "Paramahansa Yogananda"
LA ARMONÍA ES EL PRINCIPIO SECRETO QUE CONTROLA LA VIDA.
Cada vez que hagas algo, pregúntate si lo emprendes motivado por lo que los demás pensarán de ti, o porque sigues tu sabio discernimiento.
Cuando el verano de la buena fortuna calienta el árbol de mi vida, éste se cubre fácilmente de fragantes flores de gratitud. Permite, ¡oh Señor!, que en los meses invernales del infortunio, de mis desnudas ramas emane invariablemente una secreta fragancia de gratitud que llegue flotando hasta Ti.
Paramahansa Yogananda
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UNA SONRISA, UN ABRAZO ,PARA RECIBIR ÉSTE NUEVO DÍA Y ESTAR CONTENTO.
Cada vez que hagas algo, pregúntate si lo emprendes motivado por lo que los demás pensarán de ti, o porque sigues tu sabio discernimiento.
Cuando el verano de la buena fortuna calienta el árbol de mi vida, éste se cubre fácilmente de fragantes flores de gratitud. Permite, ¡oh Señor!, que en los meses invernales del infortunio, de mis desnudas ramas emane invariablemente una secreta fragancia de gratitud que llegue flotando hasta Ti.
Paramahansa Yogananda
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UNA SONRISA, UN ABRAZO ,PARA RECIBIR ÉSTE NUEVO DÍA Y ESTAR CONTENTO.
UNA ORACIÓN PARA LA SEMANA, por "Anthony de Mello"
Tetsugen, un alumno Zen, asumió un tremendo compromiso: imprimir siete mil ejemplares de los sutras, que hasta entonces sólo podían conseguirse en chino.
Viajó a lo largo y ancho del Japón recaudando fondos para su proyecto. Algunas personas adineradas le dieron hasta cien monedas de oro, pero el grueso de la recaudación lo constituían las pequeñas aportaciones de los campesinos. Y Tetsugen expresaba a todos el mismo agradecimiento, prescindiendo de la suma que le dieran.
Al cabo de diez largos años viajando de aquí para allá, consiguió recaudar lo necesario para su proyecto.
Justamente entonces se desbordó el río Uji, dejando en la miseria a miles de personas. Entonces Tesugen empleó todo el dinero que había recaudado en ayudar a aquellas pobres gentes.
Luego comenzó de nuevo a recolectar fondos. Y otra vez pasaron varios años hasta que consiguió la suma necesaria. Entonces se desató una epidemia en el país, y Tesugen volvió a gastar todo el dinero en ayudar a los damnificados.
Una vez más, volvió a empezar de cero y, por fin, al cabo de veinte años, su sueño se vio hecho realidad.
Las planchas con que se imprimió aquella primera edición de los sutras se exhiben actualmente en el monasterio Obaku, de Kyoto. Los japoneses cuentan a sus hijos que Tesugen sacó, en total, tres ediciones de los sutras, pero que las dos primeras son invisibles y muy superiores a la tercera.
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Desearos que paséis un bonito día, gracias siempre por estar ahí y un abrazo.
Viajó a lo largo y ancho del Japón recaudando fondos para su proyecto. Algunas personas adineradas le dieron hasta cien monedas de oro, pero el grueso de la recaudación lo constituían las pequeñas aportaciones de los campesinos. Y Tetsugen expresaba a todos el mismo agradecimiento, prescindiendo de la suma que le dieran.
Al cabo de diez largos años viajando de aquí para allá, consiguió recaudar lo necesario para su proyecto.
Justamente entonces se desbordó el río Uji, dejando en la miseria a miles de personas. Entonces Tesugen empleó todo el dinero que había recaudado en ayudar a aquellas pobres gentes.
Luego comenzó de nuevo a recolectar fondos. Y otra vez pasaron varios años hasta que consiguió la suma necesaria. Entonces se desató una epidemia en el país, y Tesugen volvió a gastar todo el dinero en ayudar a los damnificados.
Una vez más, volvió a empezar de cero y, por fin, al cabo de veinte años, su sueño se vio hecho realidad.
Las planchas con que se imprimió aquella primera edición de los sutras se exhiben actualmente en el monasterio Obaku, de Kyoto. Los japoneses cuentan a sus hijos que Tesugen sacó, en total, tres ediciones de los sutras, pero que las dos primeras son invisibles y muy superiores a la tercera.
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Desearos que paséis un bonito día, gracias siempre por estar ahí y un abrazo.
domingo, 4 de noviembre de 2018
LA ESCALERA DE JACOB, por "Noha Ben Shea"
EL TIEMPO NO CREA TANTO COMO REVELA
Y pasaron los años, tanto para Jacob y Jonás, como para todo el mundo que vivía junto al río que cruzaba el pueblo.
Jacob, todavía en la cama, sentía que el mundo daba vueltas debajo de él. Quizás no soy demasiado viejo, pensó Jacob, pero ha pasado el tiempo. Sin abrir los ojos, ralentizó su respiración. Ingrávido y sin edad, Jacob entró en la familiar corriente de la oración.
Instantes después, sintió el sol de la mañana sobre su rostro y abrió los ojos. El amanecer estaba pintado en la ventana.
Jonás entró en la habitación y tocó con suavidad su hombro. Jacob podía sentir la fuerza de la mano que le tocaba.
¿Me recuerdas? -preguntó Jonás sonriendo-. Soy el muchacho que llegó ayer.
Quién puede recordar algo tan lejano? -dijo Jacob tomándole el pelo.
La sonrisa de Jonás se agrandó.
-Jacob el panadero dice: "La realidad es sólo un recuerdo por delante de su tiempo".
Jonás estaba en la mesa, levantando el pan en oración antes de romper el ayuno matinal.
-Rut me ha pedido que la ayude a enseñar a los alumnos más jóvenes -dijo Jonás.
-Sí? ¿Y qué les vas a enseñar? -dijo Jacob.
-Para lo que tienen que aprender han de comenzar escuchando.
Un quedo pero nítido golpeteo en la puerta interrumpió a Jonás. Ninguno de los dos hombres pareció sorprenderse.
Jonás se acercó rápidamente a la puerta y dejó entrar a Rut, mientras Jacob le ofrecía la silla que había a su lado.
Rut puso su mano sobre la de Jacob, en estrecha intimidad.
-Yo tengo frío y tú estás demasiado caliente -dijo.
-A pesar del frío, eres cálida -contestó Jacob.
-Gracias, Jacob -dijo Rut retirando la mano-.
La amabilidad es más cálida que la sabiduría.
Jonás ayudó a Rut a quitarse el abrigo. Mientras lo colgaba cerca del fuego, se volvió y miró a Jacob y a Rut sentados uno junto al otro compartiendo su té matinal.
El amor es mágico, pensó Jonás. Convierte uno más uno en uno.
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Una luz más para el despertar de la conciencia, gracias por estar ahí, qué disfrutéis de los buenos momentos que el universo nos regala y un abrazo.
DESTELLOS DE INSPIRACIÓN, "Paramahansa Yogananda"
El paisaje las montañas pintado en el azul siempre cambiante del cielo, el misterioso mecanismo del cuerpo humano, la rosa, la verde alfombra de la hierba, la generosidad de las almas, la grandeza de las mentes, la profundidad del amor: todo esto evoca la presencia de un Dios que es noble y hermoso.
Asegúrate siempre de que lo que quieres es correcto y, entonces, utiliza todo el poder de tu voluntad para conseguir ese objetivo, manteniendo sin cesar la mente centrada en Dios.
Tus esfuerzos se verán así coronados por el éxito.
Paramahansa Yogananda.
Asegúrate siempre de que lo que quieres es correcto y, entonces, utiliza todo el poder de tu voluntad para conseguir ese objetivo, manteniendo sin cesar la mente centrada en Dios.
Tus esfuerzos se verán así coronados por el éxito.
Paramahansa Yogananda.
UNA ORACIÓN PARA LA SEMANA, por "Anthony de Mello"
Una fria noche de invierno, un asceta errante pidió asilo en un templo. El pobre hombre estaba tiritando bajo la nieve, y el sacerdote del templo, aunque era reacio a dejarle entrar, acabó accediendo: "Está bien, puedes quedarte, pero sólo por esta noche. Esto es un templo, no un asilo. Por la mañana tendrás que marcharte"
A altas horas de la noche, el sacerdote oyó un extraño crepitar. Acudió raudo al templo y vio una escena increíble: el forastero había encendido un fuego y estaba calentándose. Observó que faltaba un Buda de madera, y preguntó: ¿Dónde está la estatua?
El otro señaló al fuego con un gesto y dijo: "Pensé que iba a morirme de frío..."
El sacerdote gritó: ¿Estás loco? ¿Sabes lo que has hecho? Era una estatua de Buda. ¡Has quemado al Buda!
El fuego iba extinguiéndose poco a poco. El asceta lo contempló fijamente y comenzó a removerlo con su bastón.
¿Qué estás haciendo ahora?, vociferó el sacerdote.
"Estoy buscando los huesos del Buda que, según tú, he quemado".
Más tarde, el sacerdote le refirió el hecho a un maestro Zen, el cual le dijo: "Seguramente eres un mal sacerdote, porque has dado más valor a un Buda muerto que a un hombre vivo".
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Muy buenos y feliz día os deseo a tod@s, gracias por estar ahí y os mando un abrazo.
A altas horas de la noche, el sacerdote oyó un extraño crepitar. Acudió raudo al templo y vio una escena increíble: el forastero había encendido un fuego y estaba calentándose. Observó que faltaba un Buda de madera, y preguntó: ¿Dónde está la estatua?
El otro señaló al fuego con un gesto y dijo: "Pensé que iba a morirme de frío..."
El sacerdote gritó: ¿Estás loco? ¿Sabes lo que has hecho? Era una estatua de Buda. ¡Has quemado al Buda!
El fuego iba extinguiéndose poco a poco. El asceta lo contempló fijamente y comenzó a removerlo con su bastón.
¿Qué estás haciendo ahora?, vociferó el sacerdote.
"Estoy buscando los huesos del Buda que, según tú, he quemado".
Más tarde, el sacerdote le refirió el hecho a un maestro Zen, el cual le dijo: "Seguramente eres un mal sacerdote, porque has dado más valor a un Buda muerto que a un hombre vivo".
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Muy buenos y feliz día os deseo a tod@s, gracias por estar ahí y os mando un abrazo.
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