jueves, 29 de septiembre de 2016

ANSHI. "Henri Brunel".

      Érase una vez... una suegra atroz, como sólo existen en los cuentos, injusta, áspera, cruel. Había acogido de mala gana a la esposa principal que su hijo había elegido. Anshi, sin embargo, era bella, demasiado quizá para el gusto de la madrastra. Hija de un señor de la corte que había tenido la mala suerte de disgustar al emperador y había caído en desgracia. La noble muchacha había tenido que casarse con un funcionario menesteroso. Conservaba muchos rasgos de su pasado esplendor: su larga cabellera, sus maneras delicadas, la gracia de su silueta, el nácar de sus mejillas, la elegancia de su porte. Pero a la odiosa suegra todo esto la traía sin cuidado y abrumaba a su nuera con tareas domésticas: cocinar, lavar,barrer... La infeliz trabajaba sin descanso a lo largo de todo el día, y como premio no recibía más que palabras hirientes:
      -Aquí no estás en la corte -vociferaba la arpía-. ¡Has tenido mucha suerte de casarte con mi hijo, inútil, pretenciosa, desvergonzada!
      Anshi se callaba. En la época Heian, el código japonés, en el capítulo "De los hogares", indicaba los diferentes motivos que justificaban el repudio de una esposa, es decir, su deshonor, su muerte social. Los dos primeros: la esterilidad y el adulterio; el tercero, que es el que nos interesa aquí: "La falta de piedad filial respecto a los suegros".
      Esta cláusula dejaba de hecho a la joven recién casada a la merced de su familia política, y de su suegra en particular. Señalemos, a título de información, otros tres motivos de repudio, que dan que pensar:
      Los celos. Recordemos que el marido, además de la esposa principal, tenía, según su fortuna y su categoría, varias esposas secundarias y concubinas a discreción, lo que no excluía las visitas regulares a las cortesanas. ¿Por qué su mujer debería estar celosa, en efecto?

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      Un día, mientras la bella y desgraciada Anshi cocía el arroz de la comida familiar, su suegra se encolerizó contra ella sin ninguna razón válida. La nuera pareció no hacer caso de sus crueles palabras, pero de pronto retiró del fuego un trozo de madera encendida y lo lanzó violentamente por la ventana; cayó por casualidad sobre un cordero que pasaba y le encendió la lana. El cordero, enloquecido, se puso a correr en línea recta y se arrojó sobre un pajar, que se incendió. Como aquel día hacía mucho viento, el fuego se propagó a los establos y las cuadras. Bueyes y caballos salvajes se escaparon, y en su estampida destruyeron la casa de un vecino. Éste, un hombre vengativo, se peleó con el propietario de los caballos, y así, poco a poco, de pueblo en pueblo y de provincia en provincia, la guerra se extendió como un reguero de pólvora y devastó todo el país. Esto es lo que puede engendrar la maldad de una suegra.
      Así lo cuentan de las cosas del pasado.
            FIN.

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      El Karma: la ley búdica de los efectos y las causas. El Karma es el conjunto de nuestros actos físicos o mentales y el fruto que producen.

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      "El roce de un ala de mariposa cambia el curso de las estrellas".
                                                                                                             SENTENCIA ZEN.

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Qué paséis un bonito fin de semana disfrutando los buenos momentos que nos regala el Universo. Muchas gracias por estar ahí, un abrazo y hasta muy pronto.
                                                         

DESPIERTA . Por " Anthony de Mello".

      ¿Se puede decir que en éstos últimos días no te has sentido como una persona libre y feliz, sin problemas ni preocupaciones? ¿No te has sentido así? Pues estás dormido. ¿Qué ocurre cuando estás despierto? No cambia nada, todo ocurre igual, pero tú eres el que ha cambiado para entrar en la realidad. Entonces lo ves todo claro.

      Le preguntaron a un maestro oriental sus discípulos: "¿Qué te ha proporcionado la iluminación?". Y contestó: "Primero tenía depresión y ahora sigo con la misma depresión, pero la diferencia está en que ahora no me molesta la depresión".

      Estar despierto es aceptarlo todo, no como ley, ni como sacrificio, ni como esfuerzo, sino por iluminación. Aceptarlo todo porque lo ves claro y ya nada ni nadie te puede engañar. Es despertar a la luz. El dolor existe, y el sufrimiento sólo surge cuando te resistes al dolor. Si tú aceptas el dolor, el sufrimiento no existe. El dolor no es inaguantable, porque tiene un sentido comprensible en donde se remansa. Lo inaguantable es tener el cuerpo aquí y la mente en el pasado o en el futuro.

      Lo insoportable es querer distorsionar la realidad que es inamovible. Eso sí que es insoportable. Es una lucha inútil como es inútil su resultado: el sufrimiento. No se puede luchar por lo que no existe.

      No hay que buscar la felicidad en donde no está, ni tomar la vida por lo que no es vida, porque entonces estaremos creando un sufrimiento que sólo es el resultado de nuestra ceguera y, con él, el desasosiego, la congoja, el miedo, la inseguridad... Nada de esto existe sino en nuestra mente dormida. Cuando despertemos, se acabó.

                                                                  ******

      Muy buenos días a tod@s, espero y deseo que este curso de autoliberacion interior de "Anthony de Mello" sea una luz importante en vuestro día a día. Qué paséis un muy buen día y hasta la semana que viene. Muchas gracias por estar ahí.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

EL SEÑOR HAN. ( Henri Brunel) "Cuento de origen chino"

         El honorable señor Han, mandarín de alto rango, gozaba de un retiro amable en su finca campestre. No detestaba la sociedad, y recibía a menudo al Señor Siu, un vecino de trato agradable. Aquel día, mientras conversaban los dos bajo la fresca sombra, tomando el té y comiendo pasteles de arroz, les llegó desde las cocinas el ruido de un altercado. El señor Han se informó. ¡Un monje mendicante quería ser recibido por el dueño de la casa en persona!
      -Insiste con descaro... -explicó el intendente.
      -Dejadle venir! -dijo el señor Han.
     El monje zen, vestido con ropas gastadas y agujereadas, no tenía buena apariencia. El señor Han le interrogó con bondad:
      -Llegué hace poco a vuestra pequeña aldea -dijo el miserable clérigo-. Me he instalado en el templo en ruinas, al este del pueblo. ¡Me han hablado de vuestra generosidad, y por esto he venido!
      Mientras hablaba, el monje andrajoso se servía abundantemente de los alimentos dispuestos en la mesa. Apreciaba los pasteles de arroz, tanto los salados como los dulces. Picoteaba a su gusto en los tazones de porcelana y comía aquí semillas de calabaza, y allí de girasol. No desdeñaba los panecillos de carne, y se comió tres, perfumados con semillas de sésamo y de loto. Entre dos bocados cogía almendras y frutos secos y, para digerirlo todo, bebía numerosas tazas de té. Una veintena, contabilizó el señor Siu, al que la desvergüenza del personaje escandalizaba.
      El monje adquirió la costumbre de acudir regularmente a la casa del señor Han. Llegaba habitualmente a la hora de la merienda. Se invitaba a la mesa, se servía copiosamente y bebía hasta saciarse. El señor Han le miraba actuar con una sonrisa indulgente.E l señor Siu lo soportaba cada vez menos. Una tarde, cuando el monje se tragó su duodécima taza de té y mordía sin manías un suculento pastel de arroz, el señor Siu le interpeló con una pizca de ironía:
      -Santo varón, a mi amigo el señor Han y a mí mismo nos halaga vuestra constancia en compartir nuestras humildes comidas, ¿quizá aceptaréis recibirnos en vuestra casa?
      El monje respondió con calma:
       -Venid cuando queráis, pero, ya lo sabéis, vivo en unas ruinas y me costaría mucho ofreceros otra cosa que tazas de agua clara.
      Y se rió a carcajadas.

                                                          ***

      Cuando llegaron ante las antiguas ruinas del templo, en las que el monje había establecido su residencia, el señor Han y el señor Siu se quedaron boquiabiertos. Se habían realizado obras importantes. El edificio central estaba completamente restaurado. Penetraron en una sala magnífica, en la que les esperaba una mesa inmensa cubierta con un mantel bordado. Ante sus ojos maravillados se desplegaba una profusión de platos. Se sentaron en unas camas. Dieciséis muchachos jóvenes y hermosos, vestidos con trajes de gala y calzados con sandalias rojas, les servían con diligencia, atentos a sus menores deseos. Les ofrecieron, en platos de cristal y de jade, frutos desconocidos y deliciosos. Su propio anfitrión, vestido de brocado y oro, les servía en unas copas de un pie de ancho un vino perfumado digno de los inmortales.
      De pronto el monje dio unas palmadas:
      -¡Que hagan venir a las hermanas Cheh! -exclamó.
     Un sirviente se apresuró y volvió muy pronto acompañado de unas muchachas encantadoras; sus flexibles cinturas se doblaban como sauces. La mayor tocaba la flauta y la más joven cantaba con una voz delicada y cristalina. Después se pusieron a danzar. Sus largos vestidos flotaban sobre el suelo y las envolvía una nube de perfume embriagador. El señor Han y el señor Siu sintieron que "su corazón se ensanchaba y su alma alzaba el vuelo". En aquel momento el monje invitó a la danzarina más joven a que se le uniera en su lecho, mientras que la mayor, inclinada sobre ellos, les abanicaba suavemente. El señor Han y el señor Siu, ligeramente ebrios, aturdidos por el vino maravilloso que habían bebido, contemplaban ese espectáculo con estupor. El señor Siu fue el primero en reaccionar:
      -¡Este monje es decididamente un personaje impúdico y desvergonzado!
    Y se levantó vacilante, pero cuando se acercó el monje había desaparecido:
      -¡Señor Han! -llamó- ¡Venid! Estas jóvenes están a punto...
    Y el señor Siu se tendió con la más joven sobre el lecho que el monje acababa de abandonar. El señor Han a su vez tomó en sus brazos a la mayor, cuya cintura se doblaba como el sauce, y se tendió a su lado. Entonces el cielo se iluminó. El sueño de la embriaguez se disipó. El señor Han y el señor Siu estrechaban entre sus brazos unas frías losas de piedra. Estaban acostados en medio de ruinas, de edificios abandonados y de habitaciones derruidas.
      Así lo han contado.
            FIN.

                                                     ******

      Todo en este mundo es ilusión. Todo en este mundo es efímero. El niño desaparece, el adolescente se desvanece, y ¿qué queda del adulto cuando llega la vejez?
      Todo cambia, todo huye. Pero tú, quienquiera que seas, no eres solamente ese pequeño montón de secretos, de miedos, de deseos y de gritos que tú llamas "yo", tú eres la Realidad inmortal, "TAT TVAM ASI", " TÚ ERES ESO" que no muere, tú eres el Infinito.
      Todo cambia, todo huye, todo muere, sólo permanece el eterno Atma.

      Gracias siempre por estar ahí, qué tengáis un buen día y sobre todo que disfrutéis los momentos buenos que el universo nos regala. un abrazo para tod@s. hasta muy pronto.

lunes, 19 de septiembre de 2016

ESTAS DORMIDO. ( Por Anthony de Mello )

      Si estás doliéndote de tu pasado, es que estás dormido. Lo importante es levantarse para no volver a caer. La solución está en tu capacidad de comprensión y de ver otra cosa que lo que se permite uno ver. Ver lo que hay detrás de las cosas. Cuando se te abran los ojos, verás como todo cambia, que el pasado está muerto y el que se duerme en el pasado está muerto, porque sólo el presente es vivo si tu estás despierto en él.

      Metanoia quiere decir despertarse y no perderse la vida. Es vivenciar el presente. Para saber esto hay un criterio : ¿ Tu sufres? Es que estás dormido. Es igual que sepas muchas cosas y te dediques a salvar a las personas. "El ciego que guía a otro ciego" quiere decir que los dos están dormidos. Si sufres es que estas dormido. Me dirás que el dolor existe. Sí, es verdad que el dolor existe, pero no el sufrimiento. El sufrimiento no es real, sino una obra de tu mente. Si sufres es que estás dormido porque, en sí, el sufrimiento no existe, es un producto de tu sueño, y si estás dormido, verás a un Jesús dormido, que tú te has imaginado, que nada tiene que ver con el Jesús real, y eso puede ser muy peligroso.

      Calderón dice: "Todo es según el color del cristal con que se mira". Si estás dormido no serás capaz de ver más que cosas dormidas, y tú no te darás cuenta hasta que despiertes. Pasará la vida por ti sin que tú la vivas.

      Si tienes problemas es que estás dormido. La vida no es problemática. Es el "yo" ( la mente humana) el que crea los problemas. A ver si eres capaz de comprender que el sufrimiento no está en la realidad sino en ti. Por eso en todas las religiones se ha predicado que hay que morir al "yo" para volver a nacer. Este es el verdadero bautismo que hace surgir al hombre nuevo. La realidad no hace problemas, los problemas nacen de la mente cuando estás dormido. Tú pones los problemas.
     
                                                                 ******

      Siempre he pensado que lo que es bueno para mi puede serlo para los demás, Tony de Mello es la luz que ilumina mi camino y me ayuda a entender el sentido de mi vida. Comparto esta Luz para que no os perdáis en el camino de la vida y aprender a ser felices. Un abrazo.

viernes, 16 de septiembre de 2016

LA BARCA Y LOS DOS MONJES. " Henri Brunel ".

      Quién dirá cuál es el sabor del Zen, la sabiduría de estos cuentos simples como la evidencia, libres como la verdad ?

                                                               ******

      Una tarde de otoño. la densa bruma esconde casi por completo el río Saitama. Un monje y un joven novicio se disponen a atravesarlo en una barca ligera. Las aguas están amarillas y muy agitadas, se ha levantado un viento muy violento;
     -Maestro, ya sé que nos esperan en el monasterio de Rishiko, pero no sería prudente dejar para mañana nuestra visita? Podríamos comer una albóndiga de arroz y dormir en la cabaña de ramas que veo allá abajo.-...

      Puesto que su maestro guarda silencio, Kasuku se resigna a embarcar, y empieza a remar. De la otra orilla, no se ve más que una línea oscura perdida en la bruma.
      " Maestro, el río es ancho, y el viento que sopla de través nos impide avanzar como queremos".

      Pasan diez minutos, que a Kasaku le parecen una hora. Rema en silencio, con el corazón inquieto.
     De repente, suelta los remos y se levanta, con el brazo alzado;
      "Maestro, maestro! Mirad esa barca que sale de la bruma, viene derecho hacia nosotros!.

     - Maestro, que chocará contra nosotros, nos va a romper el casco, vamos a hundirnos! Eh, piloto! Eh,eh, piloto! Si cojo al que guía esa embarcación le arrearé tal bastonazo que le quitaré las ganas de andar poniendo en peligro a santos varones como nosotros...

      - Maestro, mirad que la barca se está acercando ya mucho y que va a embestirnos con esa proa tan afilada. Ahora ya veo al piloto, ese asesino de timonel está durmiendo tan tranquilo!

      -Maestro, que la barca está muy cerca! Por Brahma! Maldito sea ese piloto criminal, ojalá el ciclo de sus renacimientos se extienda a un millón de años, ojalá sea chacal, hiena, rata, chinche..."
      En el instante crítico, un remolino oportuno, o una hábil maniobra del maestro, aleja el peligro y las dos barcas prosiguen indemnes su camino.
      " Te has fijado en el interior de la barca, Kasuku? - pregunta el maestro zen.
- Sí, maestro. La forma que yo tomaba por un hombre era un saco de grano.
      -Dime, Kasuku, contra quién te has encolerizado?".
          FIN.

                                                           ******

        Pasad y disfrutad de los buenos momentos qué nos regala el universo, un abrazo y hasta pronto.


jueves, 15 de septiembre de 2016

DESPIERTA! FELICIDAD ERES TÚ ! `` TONY DE MELLO``.

      Dice Tony de Mello, Despertarse es la espiritualidad, porque sólo despiertos podemos entrar en la verdad y descubrir qué lazos nos impiden la libertad. Esto es la iluminación. Es como la salida del sol sobre la noche, la luz sobre la oscuridad. Es la alegría que se descubre a sí misma, desnuda de toda forma. Esto es la iluminación. El místico es el hombre iluminado, el que todo lo ve con claridad, porque está despierto.

                                                                  ******

      Muy buenos días, espero hayáis tenido una buena semana. Hoy quiero compartir con vosotros un curso de autoliberacion interior qué Antony de Mello, impartió por muchos lugares del mundo. Había conseguido una magnifica síntesis entre la espiritualidad de Oriente y Occidente en beneficio de la libertad y la realización de la persona. Despertar era la meta de todos sus esfuerzos.
      Qué paséis  un buen día, gracias por estar ahí y un abrazo para todas y todos vosotros nos vemos prontito.

lunes, 12 de septiembre de 2016

EL CORDERO QUE TENÍA LA LANA DORADA. "Cuento recogido del libro ( El zapatero astrólogo).

      Había una vez un hombre pobre que tenía un hijo. Cuando éste creció, su padre le envió a buscar un empleo. El chico viajó de un lugar a otro hasta que al fin encontró trabajo como pastor.
      Al día siguiente su patrón le dio una flauta y le envió con las ovejas para comprobar qué tal se portaba. El muchacho no descansó en todo el día. Al contrario que otros chicos perezosos, llevó las ovejas de un lado a otro mientras tocaba la flauta.
      Entre las ovejas había un cordero de lana dorada que se ponía a bailar cuando oía la flauta. El muchacho le tomó mucho cariño y decidió que no pediría a su patrón más paga que aquel corderito.
      Al anochecer volvió a casa. El amo esperaba en la puerta y quedó muy complacido cuando vio que no faltaba ninguna oveja y que estaban bien alimentadas, por lo que empezó a negociar la paga con el muchacho. Éste le dijo que no quería más que el cordero de lana dorada. Al granjero también le gustaba mucho aquel cordero y, aunque de mala gana, acabó prometiéndoselo, pues comprendió que no le sería fácil encontrar otro pastor tan bien dispuesto.
      Así pasó un año, al cabo del cual el muchacho recibió el cordero como paga y partió con él. Caía la noche cuando llegaron a un pueblo y se dirigieron a una posada para buscar cobijo. En la casa había una muchacha que, cuando vio al cordero de lana dorada, decidió robarlo. A media noche se acercó a él, pero, en el momento en que tocó el cordero, se quedó pegada firmemente a su lana, y así se la encontró el chico cuando se levantó. Intentó separarlos, pero no lo consiguió, y como no quería abandonar a su cordero, se los llevó a los dos.
      Cuando pasó por delante de la tercera puerta de la casa donde había pasado la noche, sacó su flauta y empezó a tocar. Entonces el cordero comenzó a bailar y también la muchacha, que seguía pegada a su vellón.
      A la vuelta de la esquina, una mujer estaba metiendo el pan en el horno. Al mirar hacia arriba, vio al cordero bailando y a la muchacha pegada a él. Cogiendo la pala del panadero para asustar a la muchacha, salió corriendo y gritando:
      -Vuelve a casa y deja de hacer el tonto.
    Como la chica seguía bailando, la mujer gritó:
      - No vas a obedecer?
     Y le dio un golpe en la espalda con la pala, que en el mismo momento se pegó a la chica. La mujer se quedó pegada a la pala, que estaba pegada a la chica, que a su vez estaba pegada al cordero de lana dorada. Y el muchacho partió con todos ellos.
      Siguieron su camino hasta llegar a la iglesia. El muchacho empezó a tocar de nuevo, y el cordero comenzó a bailar, con su lana pegada a la chica, la pala pegada a la espalda de la chica y la mujer al final de la pala. En un momento, el cura salió de maitines y, al ver lo que pasaba, empezó a regañarles y a ordenar que no hicieran tonterías y que se marcharan a casa. Como las palabras no tenían efecto alguno, golpeó sonoramente a la mujer en la espalda con su bastón, pero, para su sorpresa, el bastón se pegó a la mujer y él se quedó pegado al extremo del bastón.
      Con esta divertida compañía, el muchacho continuó su camino. Era de noche cuando llegó a la capital del reino y buscó alojamiento en casa de una anciana.
     -Qué noticias hay por aquí?- preguntó el pastor.
   La anciana le contó que había ocurrido una gran desgracia: la hija del rey estaba muy enferma y ningún médico podía curarla, pero si alguien conseguía hacerla reír se pondría bien de inmediato. Todavía nadie lo había conseguido, de modo que el rey, desesperado, había hecho un anuncio proclamando que quien hiciera reír a su hija la desposaría y compartiría el poder real.
      El muchacho a duras penas pudo esperar hasta la mañana siguiente, tan ansioso estaba de probar su suerte. Así que se presentó muy temprano ante el rey, le explicó sus deseos y fue recibido amablemente. La princesa estaba en la entrada del palacio. Entonces el pastor comenzó a tocar la flauta, el cordero de lana dorada se puso a bailar, pegada a su lana la chica, en la espalda de la chica la pala, al final de la pala la mujer, en la espalda de la mujer el bastón y al final del bastón el cura.
      Cuando la princesa vio aquello, rompió a reír, lo cual puso al cordero de lana dorada tan contento que se lo sacudió todo del lomo, y el cordero, la chica, la mujer y el cura empezaron a bailar por su cuenta muy contentos.
      El rey casó a su hija con el pastor, y nombró capellán de la corte al cura, panadera real a la mujer y dama de compañía de la princesa a la chica.
      La boda duró siete días con sus respectivas noches, todo el país estaba desbordado de alegría, y aún estarían bailando si las cuerdas de los violines no se hubieran roto.
       FIN.

                                                      ******

Qué empecéis muy bien la semana con éste simpático cuento. Muchas gracias por estar ahí, hasta muy prontito, un abrazo y feliz día.

lunes, 5 de septiembre de 2016

SU EXCELENCIA "Henri Brunel"

      Su Excelencia, el señor gobernador Mushô Keishu, va de viaje, avanza al paso lento de sus porteadores hacia Kamakura, la gran capital shogunal. Confortablemente recostado en los cojines de seda, con las manos puestas sobre su redondo vientrecito, que se mueve amablemente al ritmo de su litera, el señor gobernador se adormila un poco y echa un sueñecito. Su guardia personal de nobles samuráis va a su alrededor y lo protege. Después, ordenadamente, les siguen los criados, los animales y el equipaje. El señor gobernador, con sonrisa beatífica en su rostro liso, muy dulcemente, se duerme.
      En las colinas de Kamakura, en un lugar apacible desde el que se domina al mismo tiempo la ciudad y el mar, el maestro zen Unkei ha instalado su taller de estatuaria detrás de una modesta pagoda. Esculpe en madera budas de sonrisa eterna. También recibe a gentes de toda condición que solicitan sus consejos. Unkei es un hombre exteriormente rudo, un silencioso, pero nunca niega su ayuda, y todos lo veneran. Esta mañana, precisamente, el joven monje que hace de portero se acerca con aire preocupado, trae religiosamente en las manos una carta de presentación maravillosamente adornada y decorada. En ella se lee:

           "Su excelencia Mushô Keishu, gobernador de Kyoto, consejero personal del Shogun".

      "No tengo nada que decirle a este hombre", dice secamente Unkei, que deja caer la carta y sigue trabajando. El joven portero, desconcertado y asustado, regresa a anunciarle al criado de Su Excelencia la negativa de su maestro. Temblando, espera cuál será la reacción del alto personaje, que por el momento no ha salido de su litera.
      "Monje, Su Excelencia te está esperando!"
     El portero, más muerto que vivo, se presenta humildemente ante el señor gobernador, que está confortablemente recostado en sus cojines de seda.
      "Tu maestro no quiere recibirme? -responde Su Excelencia, más asombrado que irritado-. Te ha dado algún motivo?
      -No, Señor.
      -Ya sabe que podría mandar que le cierren el taller, encarcelarlo a él y a los suyos y hacer empalar a sus criados?
      -Piedad, Señor!, exclama el joven novicio cayendo de rodillas.
     Su Excelencia el gobernador no es mal hombre. Medita un instante, mullidamente recostado en sus cojines de seda. A su alrededor, la guardia de samuráis se ha puesto en tensión, algunos ya tienen la mano en el sable.
      "Hum! Hum! -dice el gobernador -, voy a probar una cosa". Tacha todos sus títulos y no deja en su tarjeta de visita más que su nombre: Mushô Keishu.
      "Anda y llévale de nuevo a tu maestro mi tarjeta de visita!"
      Unkei está lacando un buda de madera. Coge la tarjeta que el portero le tiende temblando.
       "Recibiré encantado a este hombre", responde.
            FIN.

                                                              ******

                        He arrojado esa cosa minúscula
                                 que llaman "yo"
                     y me he convertido en el mundo inmenso.

         Qué tengáis una feliz semana y disfrutad de los momentos que nos regala el universo. Muchas gracias por estar ahí, un abrazo.

AMOR COMO RECREACIÓN "Tony de Mello"

                 El que Ama, acepta y admite todos los defectos,
              pues éstos no interfieren en la bondad y la belleza.

                                               ******

      Un día, la bella princesa fue a caminar por el bosque y encontró un sapo. Éste la saludó muy delicadamente. La princesa se asustó al ver un sapo que hablaba la lengua de los hombres.
      Pero el sapo le dijo:-Su Alteza real, no soy un sapo de verdad. Soy un príncipe, pero una bruja me transformó en sapo.
      La princesa, que era de corazón bondadoso, respondió:
   -Hay alguna cosa que se pueda hacer para quebrar ese hechizo?
      El sapo respondió:-Sí, la bruja dice que si encontrase a una princesa que yo amara, y ella se quedase conmigo tres días y tres noches, el hechizo se rompería y yo volvería a ser un príncipe.
      La princesa podía ya ver al príncipe en aquel sapo. Llevó al sapo consigo al palacio.
        Todo el mundo decía:
      -Qué criatura repugnante es la que traes!
      Y ella respondía:
       -No, no es una criatura repugnante, es un príncipe!
       Y mantuvo al sapo consigo noche y día en un almohadón sobre la mesa, mientras dormía.
         Después de tres días y de tres noches, ella pudo ver al joven y bello príncipe, que le besó la mano con gratitud por haber quebrado el hechizo y haberlo transformado en el príncipe que era.
   
            FIN.

                                                        ******

Muy buenos días, desearos un buen inicio de semana y qué paséis un bonito día, gracias por estar ahí, un abrazo.